Haneen Salem, escritora, fotógrafa y cineasta documental de Gaza, ha escrito un breve texto en el que llama a compartir por todo el mundo la dramática situación que se vive en la Franja por la sanguinaria brutalidad del Gobierno que dirige el psicópata de Netanyahu. “La hambruna de Gaza no es sólo un titular: es un crimen. Dos millones de personas mueren de hambre ante los ojos del mundo. Cualquiera que esté con Gaza y afirme apoyar su causa tiene una responsabilidad moral: no dejar nunca de hablar de la hambruna. No hay nada más urgente. No hay mayor prioridad que aliviar la hambruna de la población de Gaza. Estamos sin comida. Israel está matando de hambre a este pueblo. Levántate. El silencio ante este crimen es complicidad. Hablad. Grita. Comparte”. Salem pide difundir el mensaje, así que desde esta modesta esquina del periódico nos ponemos a la tarea. Desde nuestras acomodadas vidas en Occidente, es difícil que nos pongamos en la piel de las familias de Gaza, que sobreviven sin apenas alimentos y sin agua potable en un país convertido en una montaña de escombros. Tras más de 650 días de ofensiva, Israel ha encerrado a dos millones de gazatíes en un 12% del terreno de la Franja. Para que nos hagamos a la idea, es, más o menos, el tamaño de Oñati (100 kilómetros cuadrados). Inhumano y cruel hasta decir basta.