Mesa de Redacción
Periodista cultural donostiarra. Máster en Periodismo de Investigación y Datos. Crítico de cine y jurado de los Premios Feroz. Torpe, olvidadizo y obsesionado con Ingmar Bergman y la animación. En una entrevista, Ryan Gosling se rio de él.
Ser corrupto
¿Es el Gobierno corrupto porque lo es su gente o es la sociedad corrupta porque lo son sus gobernantes?
Como tengo mentalidad de pobre, si me imagino rico, lo hago en un futuro cercano, con un piso modestito pagado en Donostia y, no sé, muchas estanterías para poder guardar mis libros, mis cómics y mis películas. Es cierto que, hablando de los precios de la capital guipuzcoana, no parece poco. Igual me lo pienso, pero no iba por ahí la cosa.
La cuestión es que no tengo capacidad de ir más allá, de cumplir con excentricidades o de verme quemando pasta viajando a lugares exóticos con pulseras VIP, ni con un yate, aunque reconozco que tener sexo en medio de la bahía de La Concha tiene que ser toda una experiencia que suscita mi curiosidad... y en la que, seguro, acabaría vomitando por el mareo.
Para conseguir billetes a miles, me proyecto siendo corrupto, que está de moda, aunque no sé si serviría para ello de manera profesional. Y eso que muchos de mis amigos piensan que los periodistas ponemos el cazo, tarde sí y tarde también. Vista mi cuenta corriente, me lo monto mal. Existen estudios que dicen que, en sistemas podridos, es más fácil que la peña pase la gorra.
Aunque esto es como el huevo o la gallina. ¿Es el Gobierno corrupto porque lo es su gente o es la sociedad corrupta porque lo son sus gobernantes? La cuestión, en mi caso, no es ética. Es, más bien, que caer en la tentación implica dos cosas para las que no estoy preparado: vencer mi misantropía y aparentar ser majo y preparar una red societaria, cuando no sé ni leer una nómina.