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Trump o derramar un cubo de agua en una mesa

La estrategia de desborde que anunció uno de sus asesores en todo su esplendor

Trump o derramar un cubo de agua en una mesaEFE

Su investidura fue derramar un cubo de agua en una mesa gigante: no hay manos suficientes para cubrir, contener y secar todos los flancos. Con problemas internos para conseguir el visto bueno del legislativo a su estructura gubernamental, Donald J. Trump lleva dos meses y medio repartiendo y recogiendo barajas a conveniencia. Lo hace a escala nacional y también a internacional. Su último gran anuncio como presidente electo fue amagar con invadir la rica y despoblada Groenlandia danesa y el canal de Panamá. En el mes que arrancó a mediados de febrero alimentó las posibilidades de paz en Ucrania. Una paz de tierras raras, matizamos, que le permitiera hacer negocio. Pasar de la encerrona a Zelenski en el Despacho Oval al enfado con Putin parece un guion de Netflix. Sin obviar el resort que propuso en suelo palestino y su papel en la OTAN, la palabra arancel atraviesa su mandato desde el 20 de enero, que era cuando había prometido que firmaría los decretos arancelarios. Muchos temas y muy importantes. Uno tras otro, focos de atención diferentes y constantes. Como el trilero y la bolita. La estrategia de desborde que anunció uno de sus asesores en todo su esplendor. Trump gobierna como tuitea. Ante eso, ¿qué hace el periodista, el empresario, el sinicalista o el presidente de un gobierno? Esa es la pregunta.