Nunca tuvo ninguna duda de que, tras ser madre, iba a volver a rendir al nivel que está demostrando. Y dice que buena parte de que así sea se debe a su entrenador, Iván Pedroso, “el mejor en hacer que te lo creas”. Quien así se expresa es la atleta gallega Ana Peleteiro, reciente campeona de Europa de triple salto. No debe ser tarea sencilla la vuelta a la máxima competición tras la maternidad, y qué importante es encontrar a personas que nos brindan apoyo incondicional. Ella es atleta al más alto nivel, una mujer que busca superar los 15 metros en los Juegos Olímpicos de París. El problema, cada vez más frecuente, es convertir la vida en un desafío similar, con una autoexigencia brutal y sin ningún entrenador de referencia. Hace tiempo que se viene hablando de ello, pero últimamente se están conociendo demasiados casos de jóvenes con problemas de salud mental, con ingresos hospitalarios y tratamientos farmacológicos a edades tempranas. No hay edad para perderse por el camino, aunque la adolescencia y la juventud se convierten en épocas muy propicias. El problema es cuando padres e hijos van por la vida como pollos sin cabeza compartiendo desconcierto. Somos expertos en crear competiciones y compararnos, sin caer en la cuenta de que cada uno lleva su propio ritmo dentro.