En Génova suena el eco de una frase que la jefa de prensa del Ala Oeste de la Casa Blanca, CJ Gregg, pronunció en la serie. Las encuestas de esta campaña electoral, que en realidad no eran tales sino trackings (es decir, pequeñas catas sociológicas), generaron unas expectativas mientras erraban al recoger una realidad que tampoco era tal. Lejos de la mayoría absoluta que soñó en solitario y vio alcanzable con la molesta colaboración de Vox, el PP hoy se hace preguntas. Qué falló y dónde si Pedro Sánchez estaba moribundo. En el alambre: desde una convocatoria precipitada hasta la campaña. Algún fontanero explicará cómo varió su estrategia. De tanta tele y tanta entrevista bajó al mitin: Huesca, Donostia y Lugo. Solo en Gipuzkoa ha rascado algo que no tenía con una estrategia que convirtió en mensaje a la militancia. Que había un partido pese a las encuestas y al cambio descontado. Diarios como La Reppublica en Italia, el FAZ alemán, Le Soir en Bélgica o las principales cabeceras de Portugal abren sus webs con el 23-J. Europa miraba. Alguien en Génova no entendió mientras caminaban seguros a La Moncloa, como dijo CJ Gregg en aquella ficción que era más real que la propia realidad, que “cuando no puedes controlar las expectativas, solo puedes hacer una cosa: cumplirlas”.