2023 es año electoral, con todo lo que ello implica en el ámbito político. Los partidos se ponen en modo campaña mucho antes del tiempo oficial para pedir el voto y las administraciones que gestionan las siglas se ven influidas por este contexto. Este año, además, la cita es doble. Primero forales y municipales, con autonómicas en Navarra, y después generales a final de año, por lo que el aroma electoral impregnará todo el ejercicio. Esta semana hemos conocido el último sondeo del Sociómetro del Gobierno Vasco antes de la cita del 28 de mayo. El resultado de la prospección no ha arrojado nada que no intuyéramos y ha venido a confirmar los resultados que los Sociómetros anteriores y otros sondeos como, por ejemplo, los de la Diputación de Gipuzkoa, vienen señalando. Es decir, que el PNV gana en todas las diputaciones y capitales de la CAV; que EH Bildu mejora su posición a costa de Elkarrekin Podemos; y el resto, con algunas oscilaciones arriba y abajo. Vox apenas encuentra tierra donde abonar su veneno. La plaza más disputada parece Gasteiz. La encuesta da opciones a un gobierno de izquierdas en Gipuzkoa, pero no parece que estemos todavía en un tiempo en el que el PSE vaya a entregar la Diputación a Bildu a costa del PNV. Pese a toda la agitación que ha provocado la pandemia, la mayoría sigue confiando en la gestión jeltzale y en su coalición con los socialistas. Dos aspectos llaman la atención: el bloque abertzale sigue creciendo en porcentaje de voto en Gipuzkoa, pese a que la reivindicación independentista puntúa bajo en las encuestas de opinión. Y la abstención muerde más bocado, lo que no es una buena señal.