Confirmado que la chistorra estaba rica pero seguimos siendo pobres, y que apagar Netflix para ir al videoclub y comprar lotería es una práctica muy saludable (porque te levantas del sofá) y sobre todo muy rentable (felicidades al tipo/a de Azkoitia por los kilos pillados antes de zampar turrón), toca abordar la celebración de las celebraciones, la reunión de las reuniones, la cena de las cenas, que se dará esta noche entre cuñados y demás familiares, ya sabe, rebosantes de salud y con algún reintegro a lo sumo que arrojaremos al pozo seco del Niño. Y el primer tema de conversación se lo presto, y es que existen todavía videoclubs en Gipuzkoa (un saludo, Álex), pero no se imaginen a la peña rebobinando cintas, que esto va ahora de deuvedés en HD y blureis en 4K, que son, por cierto, los únicos formatos que mantienen intactas las pelis y series, ahora que las plataformas practican el corte y confección con lo que no les gusta, lo que antes se llamaba censura y ahora revisión de contenidos. Pero yo venía aquí a decirles que tras Santo Tomás, hoy toca el segundo asalto y que ánimo con esta noche: que no discutan, que se abracen, que se besen... porque habrá un día que quienes hoy se sientan a la mesa ya no estén y entonces será una gran putada (perdón, Fernandito) que necesitarán cubrir de recuerdos como los de hoy.