Toni Cantó lo deja. El expolítico de UPyD, el expolítico de C’s, el expolítico del PP que no pudo tener su acta de diputado por no estar empadronado donde debía, el expresentador de ¡Vaya tarde!, el expresentador de Sábado noche, el expresentador de Por la mañana que hacía pareja con Leticia Sabater, el exintegrante de Mask singer, el exintérprete de El destino en sus manos, el exintérprete de Entre naranjos, el exintérprete de Querido maestro, el exintérprete de La ley y la vida, el exintérprete de 700 euros, el exintérprete de Un golpe de suerte, el exintérprete de Amar es para siempre, el exintérprete de Vida loca, el exprotagonista de Siete vidas, el ex-rapero mitinero que pedía austeridad a los cargos políticos, el exintegrante y único representante de la Oficina del Español de la Comunidad de Madrid se marcha. Vuelve a la tele, y lo hará en la cadena que mejor combina las noticias con la ficción en defensa acérrima siempre de ese partido político con nombre de diccionario retro. Al actor/presentador con apellido entonado en pasado le esperan otros personajes catódicos del ídem que transitaron por aquel otro canal con un toro por estampa que durante un tiempo protagonizó los encierros de la TDT. ¿Quién va a proteger ahora la lengua española en Madrid?, no se sabe. ¿Cuánto tardará en hacer póquer de partidos? Tampoco. Pero Toni, nunca, nunca, deja de sorprender.