No me digan ustedes que el nombre en castellano no pierde glamour. Cuánto mejor Grease. Aunque el paso de los años permite darle un par de vueltas al mensaje de la cinta, lo cierto es que siendo muy cría fui al cine para ver una película para “mayores”. Pintadas como una puerta conseguimos entrar y en la sala nos quedamos paralizadas, con la boca abierta, casi dos horas. Era un paso sideral, de Bambi a Grease. Reconozco que con algunos diálogos me perdí, no los pillaba. Pero por lo demás, ¡qué descubrimiento! Existían las pelis con música y más música, con baile y más baile. Tengo que admitir que, quizá por tener un mayor parecido en lo físico y porque he sido algo (muy) contestona desde nacimiento, siempre fui muy de Betty Rizzo, bastante más que de Sandy Olsson (el apellido lo he tenido que consultar, y no me digan que ustedes lo sabían, que no me lo creo). Pero da lo mismo. Olivia Newton-John ha fallecido y al enterarme he tenido una sensación similar a la que sentí al saber que los Reyes Magos eran el aita y la ama. Entonces casi sentí que me despedía de la infancia y ahora me despido de un recuerdo de juventud que ha quedado muy atrás. Pues eso, que como dice Pablo Milanés, “el tiempo pasa, nos vamos poniendo viejos”. l