En una semana en la que el calor vuelve a causar estragos, la temperatura subió ayer unos cuantos grados más en el Congreso de los Diputados, donde las medidas adoptadas por Pedro Sánchez parece que contentaron a muy pocos. “No vamos a tolerar que haya empresas o individuos que se aprovechen de la crisis a expensas de la inmensa mayoría; las dificultades de la mayoría no pueden ser la alegría de una minoría”, argumentó el presidente del Gobierno español para justificar los impuestos extraordinarios a las entidades bancarias y energéticas. Medida que exasperó a los mandatarios de estas empresas que ganan millones de euros cada año; que irritó a los grupos de la oposición; y que suscitó numerosas incógnitas entre los consumidores, que son los que habitualmente pagan los platos rotos. Sobre todo cuando el jefe del Ejecutivo insta a impulsar el teletrabajo sin conocer las peculiaridades de cada empresa, a fomentar el transporte público (como si se pudiera utilizar para llegar a todos los lugares), a bajar algún grado la calefacción en invierno o subirlo en el aire acondicionado en esta época. Todo esto con la que está cayendo... Por lo tanto, como de costumbre, se siguen pidiendo esfuerzos a una población cada vez más indignada y acalorada. Así que solo hace falta que nos calienten más aún.