rimero fue la barba y ahora a Pablo Casado se le está poniendo cara de Mariano Rajoy, aquel jefe de la oposición española que tenía más problemas en la sede de su partido que en el Congreso de los Diputados. Las intrigas palaciegas de Génova 13 (el PP aún no se mudó) asedian a Casado con una Isabel Díaz Ayuso que quiere presidir el PP madrileño casi por aclamación. Movimiento que el entorno de Casado teme con la vista puesta en La Moncloa. Pero lo que pase con el PP madrileño tiene otra derivada. El mapa político español, con Ciudadanos sepa usted dónde y Unidas Podemos tras el PSOE, se reconfigura. Lo ha hecho en el Congreso y lo hace en las comunidades autónomas. Si antes el PP miraba a Madrid, Galicia y Valencia, ahora mira sobre todo a Andalucía; y si el PSOE miraba al PSC catalán y a Andalucía, ahora mira a Valencia. Ximo Puig (PSPV) y Juanma Moreno (PPA) lideran un frente común contra la España radial por infrafinanciación de sus autonomías si se tiene en cuenta su población. En el norte y oeste, desde Galicia a Aragón se articula un frente ante el riesgo de castigar a la España de peor demografía y población más dispersa. En mitad de todo y todos, Madrid. Lo que pase en el PP, con el cada vez más poderoso PP madrileño, puede cambiar el mapa. Y salpicar en todas las direcciones.
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