El polvorín diestro está en la reserva. Escasea la munición, y según parece, el ímpetu guerrero de los amanuenses, que facturan la columna como buenamente pueden. Al director de ABC, Julián Quirós, le ha dado por apuntar cierto idilio contra natura entre la patronal española (presidida por por un presunto partidario de los indultos) y la ministra Yolanda Díaz: "Que una comunista ortodoxa como Yolanda Díaz se entienda de maravilla con los sindicatos se comprende, pero que se haya vuelto una aliada discontinua de la CEOE ya es la verificación de que España está patas arriba".

Unas páginas del vetusto diario más allá, Isabel San Sebastián tira de repertorio. España se rompe otra vez más, pero esta es la buena: "Los indultos y el fin de la dispersión de etarras han sido solo el principio. Asistiremos a la celebración de un referéndum en Cataluña, bautizado con algún eufemismo engañoso; veremos a los terroristas más sanguinarios tomar las calles, libres como pájaros y a sueldo del contribuyente; España dejará de ser una nación indisolublemente unida, para convertirse en un puzle plurinacional de ciudadanos desiguales en función de los privilegios que disfruten sus comunidades, y, como guinda del pastel, Sánchez dispondrá de un gatillo ‘legal’ para expropiar, acallar, someter o explotar a los españoles a voluntad". Desde que yo la conozco, vamos a poner 25 años, lleva advirtiendo de lo mismo. Y nunca pasa.

Lo del referéndum, consulta o lo que sea en Catalunya le da para pontificar al veterano Luis María Anson. Sostiene en La Razón que el tioene derecho a votar: "A Pedro Sánchez no le queda otro remedio que convocar a todos los españoles a ese hipotético referéndum, pero él y sus cómplices secesionistas se ocuparán de armar ruido en torno a los resultados en Cataluña y en el País Vasco. Todo ello suponiendo que el Tribunal Constitucional autorizara como decisiones políticas de especial trascendencia la burla a la Constitución, pretendida por el separatismo de un sector de las Autonomías vasca y catalana. El sanchismo está a punto de descalabrar a España fracturando su unidad territorial".

En el mismo diario del ilustre académico encontramos al magistrado José Luis Requero echándose las manos al birrete. Según él, la Ley Trans es la pasarela a una dictadura. ¿Que no es posible que un juez diga eso? Lean, lean: "Con el tiempo no se de qué derechos humanos podremos hablar si no se sabe qué es un ser humano y así -reforma educativa mediante- no habrá en la mente de las futuras generaciones idea cabal de qué es un hombre o una mujer. Eso llevará a futuras hecatombes humanas, antropológicas, pero de momento a una dictadura". Solo espero que este hombre no tenga que decidir nunca sobre nada que me afecte en un tribunal.

El Mundo, también de capa caidísima, reclama con Casado el Debate del Estado de la Nación. Pero con una convicción que tampoco se diría férrea: "En cualquier caso, la renuncia a debatir de Sánchez revela una vez más el deseo de subordinar las instituciones a su interés partidista. Lo ha hecho con el Poder Judicial y lo hace ahora con el Poder Legislativo. Nada, tampoco la sede de la soberanía, queda fuera del cálculo electoral del inquilino de Moncloa".

No prolongamos la agonía. Terminamos con Cristian Campos, a la sazón, responsable de Opinión de El Español. Dispra sus dardos contra la actriz Ana Morgade y el actor Dani Rovira. Su crimen, haber dicho que, frente a lo que asegura Toni Cantó, los de la farándula sí pueden trabajar en castellano en Cataluña. Así se revuelve Campos: "La izquierda española, en fin, no ve problema de convivencia alguna en esa Cuba española que es la Cataluña nacionalista. Esa región en la que se espía a los niños en los patios de las escuelas, donde gobiernan partidos que se han alzado contra la democracia y de la que huyen cada día más ciudadanos y más empresas. Pues vale, oigan. ¿Y dónde está la noticia, si no hay nada que le guste más a un progresista que disfrutar, como turista bienpagado, de los gulags ajenos?"