Si los tribunales no lo impiden, tras el glorioso 2 de mayo madrileño vendrá un venturoso 4 de mayo, con la victoria por goleada de la neo lideresa Isabel Díaz-Ayuso. Sus adoradores mediáticos ya están en campaña. "Por méritos propios la presidenta está ante la ocasión áurea de plantar cara al enjambre. Tomó medidas difíciles, trató a los electores como personas adultas, solicitó providencias y dio órdenes que sus enemigos calificaron de inmundicias hasta que poco a poco fueron asumidas como razonables, pasaporte Covid, tests en farmacias, etc", se derrite Julio Valdeón en La Razón.

A unos milímetros de tal halago, Abel Hernández compite en los juegos florales en honor a su heroína: "La joven presidenta, envuelta en la bandera de la libertad, invita a los madrileños a elegir el día 4 de mayo entre lo que representa ella y lo que representa Sánchez. Sin intermediarios. A cuerpo limpio. Su ventaja es que ella ha conseguido identificarse con Madrid. Lleva meses, los del drama de la pandemia, defendiéndose del acoso de la Moncloa y sus terminales y acusando al Gobierno central de maltratar a Madrid".

Desde ABC, Luis Ventoso se une al coro: "La mayoría de sus vecinos se sienten cómodos con unas políticas liberales, que abogan por la libertad y no hurgan en su vida privada para adoctrinarlos. Y eso es lo que se votará en mayo: seguir respirando o probar a arruinarnos un poco repitiendo en Madrid el glorioso experimento rencoroso-igualitario-chavista para todas y todos".

Eso último, que obviamente va por el Gobierno de Sánchez e Iglesias, entronca con la tesis del editorial del vetusto diario. Las elecciones madrileñas, nos vienen a decir, serán en realidad elecciones generales, algo que quiere evitar el PSOE en los tribunales: "En última instancia, el PSOE quiere hurtar el derecho a voto a una autonomía poco proclive a gobiernos socialistas".

Arrimadas, la mala de la película

Exactamente igual que ayer, pero quizá con más inquina, los elogios a Ayuso son diatribas contra Inés Arrimadas. Va la primera de la cosecha, con la firma de Francisco Marhuenda: "Es muy significativo que a Ciudadanos no le importe ir con los comunistas y antisistema amigos de los independentistas y los bilduetarras. ¡Qué cosas hay que ver!".

Federico Jiménez-Losantos, que fue presidente del club de fans de la todavía líder naranja, no oculta su decepción y escribe: "Aquella Virgen de Murillo nos aparece como cualquier calavera de Valdés Leal. La belleza y el discurso prestado tienen ese efecto que explicó Rita Hayworth: nos acostamos con Gilda y amanecemos con la socia de Fráudez y la marquesa de Igualdad". Unas líneas más arriba, el bilioso turolense ya había sacado la mano a paseo: "Ciudadanos se ha arrimado al Gobierno social-comunista y forma parte del equipaje del Rey Sánchez, con el PNV, los de la ETA, Teruel Alpiste y el golpismo catalán. El partido que nació en El Taxidermista se exhibe, disecado, en la sala de trofeos de los enemigos de España y de la libertad".

En El Español un tal José F. Peláez intenta la copia de Losantos. Otra cosa es que lo consiga: "Pocas actitudes más macarras que la de Inés Arrimadas con esa sonrisa falsa de consultora júnior que sobreactúa estrés y traje de Uterqüe en el afterwork del jueves". Más moderado, aunque igualmente cabreado, Ignacio Camacho manifiesta su despecho: "Haga pues Arrimadas lo que desee, incluso defraudar las expectativas de muchos simpatizantes, pero arrostrando sus responsabilidades con valentía, sin recurrir a torpes excusas circunstanciales. Si quiere pactar con el PSOE, adelante; ella sabrá lo que hace".

Y habrá más, no lo duden.