La familia Alcívar Rosas, como muchas familias migrantes, ha trasladado su hogar a Euskadi, concretamente a Vitoria-Gasteiz. Tras 45 años viviendo en Venezuela, Danny Alcívar y Martha Cecilia Rosas, de 63 y 70 años respectivamente, vinieron hace cinco años a la capital vasca para reunirse con la hija de Danny, Lizeth Alcívar, y con su nieta, Sofía Elena Díaz Alcívar.

Esta familia, ganadora del concurso de nuestra revista, nos recibe en la casa de Danny y Martha en Vitoria-Gasteiz. Sus raíces, nos cuentan, se reparten por distintas partes de Sudamérica. Ella nació en Colombia y él en Ecuador, países que abandonaron de jóvenes para coincidir años más tarde en Venezuela, donde nacieron Danny Gabriel y Lizeth, hijo e hija del primer matrimonio de Danny, y sus dos nietas, María Gabriela y Sofía Elena quienes, a excepción de su hijo, viven en Vitoria-Gasteiz. Durante la entrevista muestran su gran afición por el fútbol, por la comida de su tierra y por los viajes, sobre todo para disfrutar de los parques de atracciones que hay repartidos por todo el mundo.

Martha y Danny reconocen no ser muy cocinillas, pero suelen preparar recetas de su tierra. Josu Chavarri

Habiendo nacido en Colombia, Ecuador y Venezuela, ¿qué os llevó a mudaros a Vitoria-Gasteiz?

Martha Cecilia Rosas: Cuando vivíamos en Venezuela pedimos asilo, pero no nos lo otorgaron ni tampoco la residencia humanitaria que dan a todos los venezolanos porque claro, llevábamos 45 años residiendo en Venezuela, pero habíamos nacido en otros países: Danny en Ecuador y yo en Colombia.

¿Y cómo fue dejar Venezuela?

Danny Alcívar: Salir no nos costó mucho, porque estábamos bien establecidos en Venezuela, pero la revolución de Chávez nos quitó casi todo lo que teníamos.

Martha: Mucha gente empezó a salir desde que empezó la dichosa revolución. Nos decían que las cosas se iban a poner mal, que iba a ser como en Cuba. Lo fuimos alargando y nos resistíamos a salir por la edad que teníamos, pues no queríamos tener que empezar en otro sitio habiendo luchado tanto por nuestra vida allá. Teníamos nuestro piso en Caracas, casa en la playa, un buen coche y las posibilidades de viajar todos los años.

¿Y cuál fue el motivo que os trajo aquí?

“La mejor tortilla española que he probado ha sido en Venezuela, en un restaurante de aquí”

Danny Alcívar - Jubilado

Martha: Yo trabajaba en una multinacional muy importante de productos de consumo masivo que tiene sedes en más de 60 países. Tenía un buen cargo allí como traductora, pero tuvieron que hacer un recorte muy grande de personal y nos despidieron a 1.500 personas. 

Danny: Yo tenía tenía una casa donde alquilaba habitaciones, pero los inquilinos dejaron de pagar. La ocuparon y casi me matan porque quise recuperar la casa. En 2011, Chávez dijo que no había que cobrar por el alquiler y que los que estuvieran viviendo podían quedarse.

Martha: Con esa difícil situación y sabiendo que Lizzeth, la hija de Danny, estaba en Dublín y tenía intención de venirse para Euskadi, decidimos venirnos nosotros también a Vitoria para estar cerca de la familia, así que vendimos lo que pudimos para perder lo menos posible, pero todo fue mal vendido y mal pagado. 

Danny: Sí. Como nos pasó con el auto. Habíamos negociado vender nuestro coche por 8.500 dólares y lo acabamos vendiendo por 3.000 por salir corriendo. 

Teníais toda vuestra vida allí, así que supongo que la salida anímicamente fue difícil…

Martha: Bueno, al final no nos costó tanto porque la situación fue desesperante. Nos costaba conseguir comida, incluso teniendo dinero, porque había que hacer unas colas inmensas para poder comprar alimentos. 

Danny: Sí. Había colas de hasta doce horas para comprar algo de comida. Por ejemplo encontrar leche era algo dificilísimo, había que hacer cola desde la madrugada hasta la tarde casi. 

Martha: Lo que queríamos era salir corriendo. Cuando nos vinimos era porque de verdad era invivible. Y realmente sí que pensaba que la salida iba a ser más difícil, pero no fue así. 

¿Y cómo fue la adaptación nada más llegar?

“Cuando nos fuimos de Venezuela malvendimos todo porque no podíamos vivir ya allí”

Martha C. Rosas - Jubilada

Danny: Aquí nos hemos sentido muy bien. La gente ha sido extremadamente buena, excelente. Me quedé loco con esa aceptación con alguien que era extranjero. 

Martha: Cuando pedimos el asilo sí que nos dieron acogida y la ONG que nos ayudó en todo el proceso, APIP, fue súper colaboradora. Nos trataban como seres humanos. Yo pensaba que al ser migrantes quizás no íbamos a tener un trato así, pero realmente nuestra experiencia ha sido muy buena. 

¿Tenéis más familia aquí cerca?

Martha: Yo tengo tres hermanos que viven aquí desde hace 22 años. Ellos siempre me insistían para que viniera acá porque vivían muy asustados por nosotros allá en Venezuela, pero nosotros estábamos bien allí. 

Danny: Ya habíamos venido varias veces a visitar a la familia y también para hacer turismo, así que ya conocíamos un poco esto antes de venirnos. Ahora también está aquí nuestra otra nieta, María Gabriela, que es la hija de mi hijo mayor, Danny Gabriel. Él, en cambio, se quedó allí en Venezuela porque tiene un buen trabajo y no está tan mal.

Bueno, y cambiando de tema... En Latinoamérica el fútbol es el deporte rey, así que engo una pregunta, ¿a quién habéis estado animando en el Mundial?

Danny: A Ecuador, pero también a Brasil, que es el mejor equipo que tenemos en Sudamérica.

Martha: Sí. Tenemos a nuestros tres equipos, que son de Colombia, Ecuador y Venezuela, y apoyamos casi siempre a Colombia, aunque a Venezuela también (sonríe). No tenemos riñas con eso, pero con los clubes a veces sí. Yo he sido madridista toda la vida y moriré madridista (risas).

Sofía Elena Díaz: Es que Martha es del Madrid, mi padre del Barça y yo del PSG, porque están Mbappe, Neymar y Messi, que son mis jugadores favoritos.

¿Os gusta el fútbol?

Martha: Sí, por lo menos la Liga la hemos seguido siempre, desde que jugaba Butragueño en el Madrid.

Danny: Allí en Venezuela veíamos mucho la Liga Española, veíamos mucho más fútbol que ahora porque no era tan caro como aquí, que es de pago casi todo.

Martha: Lo que nos gusta también muchísimo en Venezuela es el béisbol. Hay un montón de afición. Allí hay grandes Ligas de béisbol y por eso son tan aficionados a este deporte.

Danny: Cuando yo llegué, de muchacho, jugué mucho tiempo a beisbolito, con pelotas de goma y softball.

Danny y Martha agradecen haber sido muy bien acogidos en Vitoria-Gasteiz. Josu Chavarri

¿Vosotros véis béisbol?

Martha: A mí me aburre, entre que es muy lento y no lo entiendo, aunque ellos han tratado de explicármelo muchas veces, pero no puedo con él… (risas)

Sofía: Mi madre sí es bastante aficionada también, pero ahora ya no suele verlo.

Danny: Y a mi otro hijo también le gusta mucho.

¿Y a ti, Danny?

Danny: A mí me gustan mucho también los deportes de contacto. Empecé con 14 años o así y los practiqué hasta los 25. Hice artes marciales, Kung Fu estilo dragón y Kung Fu estilo tigre con boxeo para hacer full contact. Son estilos basados en animales y en sus movimientos. Las distintas disciplinas se distinguen por la agilidad y los movimientos. Por ejemplo, en el estilo tigre buscas la agilidad del tigre, la zarpa del tigre, mientras que otros deportes, como el karate, son más fuertes, más rudos, pero no tan movidos. 

¿Hay algún otro deporte que os guste ver o que practiquéis?

Danny: Yo me enganché muy pronto al ajedrez, hasta cuando trabajaba en el banco jugaba a veces en el ordenador. Una vez me vino el de seguridad porque me había visto jugando por las cámaras y vino a decirme que una de las jugadas que había hecho estaba mal (ríe). También me gustan los deportes de alto riesgo. Siempre he querido montarme en un avión de estos ultraligeros, volar en parapente y saltar en paracaídas, pero no he podido todavía.

¿Y si hablamos ahora de cine y series?

Danny: Yo veo mucho cine clásico.

Sofía: ¡Ay…! Mucha película en blanco y negro he visto yo con él (risas).

Martha: Yo le digo, para qué quieres un televisor a color, si todo lo que ves está en blanco y negro (risas).

Danny: Es que me encantan esas películas. Es el cine que yo veía cuando era niño. Me gusta porque ahora es todo mentira y más artificial. Antes también era mentira, pero uno se lo creía más. Siempre he sido también un gran seguidor de Stallone. Las películas de ‘Rocky’ dejan mucho más mensaje de lo que parece.

A ti, Sofía, ¿no te ilusionan mucho esas películas?

“Nos encantan los parques de atracciones. Todos los años nos íbamos al de Orlando” “Siempre he querido montar en un avión ultraligero, volar en parapente y saltar en paracaídas”

Danny Alcívar - Jubilado

Sofía: ¡Qué va! Me ha tocado ver muchas pelis con mi abuelo. Demasiado Bruce Lee, Rambo y Chuck Norris. Yo prefiero las películas de terror o sangrientas, tipo ‘Saw’, ‘Terrifier’ y así.

Martha: A mí me gustan las películas un poco más profundas, no tanto las películas de acción ni como las que le gustan a ella. ‘Lo que el viento se llevó’ me parece lo máximo. También soy más de ver telenovelas, las turcas me encantan. 

¿Las novelas turcas?

Martha: Sí, ahora estoy con una serie que se llama ‘Secretos de Familia’ y resulta que tiene una trama buenísima de detectives, aunque es un poco lenta... (sonríe).

Sofía: Y muy dramática. Yo veo series como ‘Élite’, ‘Por trece razones’, ‘Euphoria’ y todas las de ese estilo con adolescentes. Bueno, y de pequeña era adicta a ‘Los Power Rangers’.

Danny: Yo soy más de series policiacas como ‘El mentalista’ y ‘Hawai 5.0’. También me gustan las series antiguas que veía antes, como ‘Bonanza’, ‘El gran Chaparral’, ‘Ranger of Texas’, de Chuck Norris, y otras de ese estilo.

¿Y sois buenos lectores?

Martha: Yo desde chiquita fui una gran aficionada de los escritores latinoamericanos como Vargas Llosa o Gabriel García Márquez, y ahora también de escritoras españolas como Dolores Redondo.

Sofía: A mi madre también le gusta mucho esa escritora. Yo, quitando los libros que me mandan en clase, y Twitter, que no cuenta, no leo casi nada. Antes sí me gustaba más. 

Martha: Ahora justo estoy con ‘Loba Negra’ de Juan Gómez-Jurado. Ya leí el primero, ‘Reina Roja’, y ahora voy por el segundo. Sobre todo me gustan las historias de detectives.

Danny: A mí antes me encantaba leer y leía muchos libros, pero ahora ya casi no puedo. Tenía un montón de libros bien bonitos, libros de los que ahora están haciendo películas y que yo leí cuando estaba en la escuela. Las novelas de Julio Verne eran de mis favoritas.

Cambiando ahora un poco de tema… Con todo lo que os habéis movido entre países, ¿sois muy viajeros?

Danny: Hemos viajado mucho siempre aun saliendo desde Venezuela, que era muy costoso. Conocemos más de veinte países.

Martha: Pero desde que estamos aquí nos hemos movido menos porque con el tema de los papeles fue algo que nos costó mucho y que fue muy tedioso.

Sofía: Yo he recorrido media Europa de viaje. He ido a Italia, Francia, Irlanda, Eslovenia, Viena, República Checa, Mallorca…

Bueno, bueno, ¡pues has visto toda Europa casi!

“¡No sé para qué tenemos un televisor a color si todo lo que ve Danny está en blanco y negro!” “La Liga la hemos seguido siempre, desde que jugaba Butragueño en el Real Madrid”

Martha C. Rosas - Jubilada

Sofía: Sí. El verano pasado, mi madre, su pareja, mi prima y yo hicimos un tour de un mes por un montón de sitios. Estuvimos en Liubliana, la capital de Eslovenia, que me impactó un montón el nombre. Fue la ciudad donde menos tuve que andar y donde más comí. También fuimos a Mónaco, que me pareció super bonita, y había un montón de coches súper guays.

Danny: Una cosa que nos encanta son los parques de atracciones. Antes, casi todos los años íbamos al de Orlando. 

¿Y al de París habéis ido?

Sofía: Yo sí.

Danny: Yo también. Fui con Sofía, pero no se compara con los de Florida. Allí son mucho más inmersivos, parece que estás dentro de las películas interactuando con todo.

Martha: Eso dicen, pero yo en el de París no he estado. 

Danny: También pasa eso con el de ‘Harry Potter’.

Sofía: A mí me gusta más PortAventura. 

Veo que os gustan de verdad…

Martha: Es que a esta edad puede que no lo parezca, pero cuando vamos es como si fuéramos niños (sonríe).

Danny: Vamos siempre desde la mañana y nos quedamos hasta el show de cierre a media noche. Todo el día.

¿Y de dónde os viene esa afición por los parques temáticos?

Danny: Desde que era niño y llegaban a mi pueblo los carruseles de madera que me encantaban. No me explicaba cómo no se caían los acróbatas… 

Martha: Ya te puedes imaginar, no le tienen nada que envidiar a PortAventura (sonríe).

Danny: Esas atracciones que montan ahora en las ferias son casi iguales que a las que iba yo de pequeño (sonríe).

¿Vais solos o con vuestros nietos también?

Sofía: Depende. Yo he ido a varios con mi madre, con Danny sí he ido a Disneyland París y alguna vez hemos ido todos.

Martha: En Orlando hay un montón de parques, el de Disney ya por sí solo se divide en cinco parques, está el de aventuras, otro más para niños, dos de agua y los de películas. Si quieres ir a todos no te alcanza con un día. 

¿Habéis hecho algún viaje más del que os acordéis especialmente?

Danny: Sí. Cuando fuimos a Santo Domingo.

Sofía: Yo recuerdo el que hicimos a República Checa. Fuimos a una iglesia -La iglesia gótica de Sedlec- que estaba decorada con un montón de huesos. Era impresionante.

Martha: Nosotros, en el 95, fuimos a Roma. Alquilamos un coche y recorrimos nueve países en tres semanas. Es que aquí, si aceleras mucho, te pasas de país (risas),

¿Siempre habéis viajado tanto?

Martha: Nosotros nos conocimos en Venezuela, pero realmente, con lo que nos gusta viajar, no nos hemos movido tanto por América Latina. Estando en Venezuela fuimos a Ecuador y a Colombia, pero por ejemplo nunca viajamos a Brasil ni a Argentina. 

Sofía: Ya me gustaría ir allí…

Con todos los países que conocéis, tengo una pregunta sobre gastronomía, ¿cuál os gusta más, la de aquí o la de América Latina?

Danny: Aquí lo que son platos españoles casi no hemos comido. Realmente comía más comida española en Venezuela, y, una cosa te voy a decir, la mejor paella que he comido nunca, que no he probado otra igual, fue en Venezuela (risas). 

A ver, a ver... ¿cómo?

Martha: Sí. Es curioso, pero es algo que dicen muchos españoles que van allí.

Danny: Es que el que la hace es un español que tiene un restaurante muy conocido allá. Todos mis amigos de Colombia y Estados Unidos que venían a Venezuela iban a comer allí. 

Sofía: Yo tendría que haber nacido en Colombia porque me encantan los platos de allí. La bandeja paisa es mi plato favorito, la tengo grabada en la cabeza.

Martha: Les gusta a todos menos a mí.

La Familia Alcívar Rosas preparándose para jugar al póker. Álex Larretxi

¿Qué lleva ese plato?

Sofía: Frijoles, arroz, huevo, aguacate, plátano, chorizo… lleva de todo. 

Martha: Yo veo ese plato y no puedo con él.

Sofía: También el sancocho, que es una sopa con pollo y patatas. Y el arroz chaufa. 

¿Y quién suele cocinar?

Martha: A ninguno de nosotros nos ha gustado nunca cocinar. Yo, nunca en mi vida he cocinado. He trabajado siempre mucho y solía comer cerca de la oficina. Quien más solía cocinar en casa era él, pero desde que estamos aquí sí que he empezado a cocinar más y he descubierto que no se me da tan mal…

Danny: Yo he cocinado siempre más, pero los platos le salen mucho mejor a ella que a mí. Alguna vez también hacemos guatitas, un plato típico de Ecuador que se hace con la panza (el estómago de la res), cacahuetes y patatas. La receta es muy sencilla y la hacemos mucho porque a mí me encanta. 

Y para terminar, cerramos con música, ¿qué os gusta escuchar? ¿tocáis algún instrumento?

Martha: A mí me encanta el reguetón, ¿te lo puedes creer? Una señora mayor de 70 años a la que le gusta el reguetón… (risas).

¡La música no entiende de edad!

Martha: Es por las nietas, porque las tenía ahí en casa siempre escuchando esa música y le fui pillando el gusto.

Danny: Yo la verdad que voy para otras cosas. He sido aficionado a las baladas toda la vida, a Raphael y Sandro Sánchez, a Roberto Carlos (no el futbolista)... Sus canciones me fascinan.

Martha: ¡Ay con las películas de Raphael! Yo siempre he escuchado todo tipo de música. Cuando era muchacha escuchaba a Leo Dan y a todos los cantantes de aquella época, pero a medida que va pasando el tiempo me gusta lo moderno. 

Sofía: Sí. Yo soy más moderna, claro (risas). Escucho mucho ‘dembow’ y ‘trap’. 

Danny Alcívar

63 años. Llegó a Vitoria-Gasteiz hace cinco años con su esposa, Martha Cecilia Rosas. Danny Alcívar es natural de Ecuador, se trasladó a Venezuela con 13 años. Trabajó como contable. y fruto de su primer matrimonio tuvo a sus dos hijos, Danny Gabriel, que vive en Venezuela, y Lizeth, que actualmente vive también en Vitoria-Gasteiz con su hija, Sofía Elena Díaz.

Martha C. Rosas

70 años. De origen colombiano, aunque abandonó Bogotá a los 20 años, Martha Cecilia Rosas estudió Economía, carrera que abandonó, y tras estudiar inglés en Bournemouth, Inglaterra, trabajó como traductora e intérprete en Venezuela, donde conoció a su marido, Danny Alcívar. Le encanta leer, en especial las novelas de Mario Vargas Llosa y Gabriel García Márquez.