uchos conocerán la sensación de terminar de ver la televisión, lo que sea, y al llegar a la cama activar en el móvil la alarma para despertarse al día siguiente a trabajar. Para algunos ese momento es fatídico y más cuando empiezan a contar las horas que van a dormir, y eso si lo logran hacer al momento y no se quedan un tiempo mirando la pantalla del móvil. Otros en cambio, se preguntan la razón por la que no se han metido antes a la cama pero esa sensación de culpa desaparece en el momento en el que caen en las redes de las redes sociales, da igual cuál.

Madrugar no es algo que le guste a todo el mundo pero todos los expertos aseguran que es positivo. Pero hagamos un pequeño parón, ya que podemos llegar a confundir madrugar con positivo sin profundizar antes en las condiciones. Lo que está claro es que hay que dormir, para lograr un buen descanso, entre 7 y 9 horas dependiendo la edad que tengamos. Dicho esto no servirá de nada despertarse a las 6 de la mañana si nos hemos metido a la cama a las 2 de madrugada. Está claro que habremos madrugado pero, ¿a qué precio? El descanso es salud y dormir bien lo es pero como decimos la maneras de conseguir buenos hábitos no lo son.

Por ello, antes de profundizar en cuáles son los beneficios de madrugar recomendar tres pequeños hábitos que nos ayudarán a descansar mejor. El primero es que tenemos que dejar de utilizar nuestro teléfono móvil como despertador. La razón además es muy sencilla. En el caso de que lo utilicemos muy pocas personas tendrán la increíble capacidad de al acostarnos solo poner la alarma. La gran mayoría de personas, por no decir todas, después de poner la alarma, en plena oscuridad de la noche, siente la necesidad de repasar todas las redes sociales. Y sí, puede que nos hayamos acostado a la hora correcta pero sin darnos cuenta habremos pasado una hora viendo la pantalla de un móvil que no nos aporta nada. Tan solo nos quita tiempo de descanso. Y lo mismo sucede al despertar, ya que una vez apagamos la alarma, esa que tanto podemos llegar a odiar y que somos capaces de atrasar varias veces por tiempos de entre 5 y 10 minutos, lo primero que hacemos es revisar todas las redes sociales mientras estamos tumbados en la cama.

El segundo consejo está relacionado con la alimentación y la hidratación. Es importante que cenemos entre una y dos horas antes de acostarnos. El meterse a la cama con la tripa llena no es positivo y nos hará que nuestro descanso no sea el deseado. En cuanto a la hidratación, a medida que vaya acercándose la hora de cenar es muy recomendable reducir la ingesta de líquidos. Por ejemplo, a no ser que sea extremadamente necesario tenemos que evitar a partir de las 19.00 -en caso de que nos acostemos a las 00.00 de la noche- beber agua, té y todo tipo de líquidos. Estamos suficientemente hidratados y con esto no decimos que haya que reducir a cero, ya que si se quiere se puede beber pero lo justo y necesario. La razón para ambas cosas es que si hemos hecho la digestión antes de comer dormiremos mejor y en caso de que no hayamos bebido mucha agua podremos evitar tener que despertarnos durante la noche para ir al baño.

El tercer consejo, entre muchos que hay, es que es preferible apagar la televisión una hora antes de meternos a la cama y ponernos a leer un libro físico en la cama a acostarse nada más haber apagado la televisión. Leer mejora la memoria, la concentración, alivia el estrés y también nos ofrecerá mejores condiciones para tener para un sueño profundo. En definitiva, el hábito de leer es una de las mejores medicinas para la salud mental y la higiene del sueño.

A continuación diremos cuáles son algunos de los beneficios que tiene madrugar, aunque ante todo recomendaremos aplicar poco a poco los consejos que hemos dado.

Aprovecharemos las horas en las que somos más activos que son por la mañana. Nada más despertarse el cuerpo está lleno de energía y vitalidad lo que nos proporciona la posibilidad de rendir más que por ejemplo a la tarde. A medida que avanza el día vamos perdiendo esa energía que tan alta tenemos por la mañana. Además, mentalmente el trabajar o ser activo por la mañana nos hace sentir que estamos aprovechando el día, mientras que si lo hacemos a la tarde y a medida que empieza a anochecer no nos sentimos igual. Algunas investigaciones muestran que antes de las 12.00 de la mañana somos capaces de implementar mucha energía en cualquier actividad, mientras que a partir de las 18.00 de la tarde tendremos menos fuerza, independientemente si por el día hemos trabajado o no.

Podremos organizar mucho mejor el tiempo para hacer lo que queramos. El madrugar nos hace ganar horas productivas al día que de no hacerlo. Esas horas se pueden aprovechar en organizar la alimentación, hacer deporte y como no, en tener una mejor calidad de sueño. El tener la capacidad de despertarse cuando toca, sin prisa permitirá tener tiempo para meditar -así estaremos con nosotros mismos un rato en algo tan beneficioso como es la meditación- o para leer u otras cosas que nos guste hacer, lo que sea. Y claro está, que de nada servirá madrugar si vamos a estar tumbados viendo el móvil, para eso es mejor no hacerlo y dormir más.

Reduciremos el estrés que podamos tener acumulado. Una de los aspectos clave que encontramos en madrugar es que ganamos tiempo para hacer todo lo que queramos y con una energía muy alta. Esto nos hará reducir los nervios, la presión o el estrés de sentir que no nos dan las horas para hacer lo que sea que tengamos que hacer. En definitiva, ganaremos calidad de sueño y reduciremos el estrés acumulado.

Beneficios para el cuerpo gracias al deporte y la exposición solar. Despertarse temprano es sinónimo de hacerlo mientras amanece y eso significa que hay luz, ya que el sol empieza a aparecer. Por ello, una de las mejores cosas que se puede hacer nada más despertarse es ponerse unas zapatillas y salir a dar un paseo de media hora. La brisa de primera hora de la mañana junto al sol serán muy beneficiosos para nuestra piel. La exposición al sol de la mañana, antes de las 9.00, se considera que es el mejor para cumplir la adecuación de calcio y vitamina D. Por otro lado, el metabolismo del cuerpo trabaja mucho mejor al levantarse temprano, liberando endorfinas, lo que provoca la dosis de energía y vitalidad necesaria para hacer ejercicio a la mañana siguiente. Otra buena opción es ir al gimnasio, ya que al final se trata de hacer ejercicio físico antes de empezar el día. En cuanto a alimentación algunos preferirán desayunar después de entrenar, otros antes y también habrá otros que no coman hasta media mañana. Cada uno sabe qué es lo que mejor le viene.

Tendremos la posibilidad de llevar un plan alimenticio controlado. Algunas investigaciones demuestran que las personas que se acuestan más tarde y en consecuencia duermen menos comen casi 250 calorías más que los que duermen bien y madrugan. Además hay que tener claro una cosa y es que madrugando se gana tiempo. Luego lo que cada uno haga con esa hora u horas es personal pero lo que está claro que una buena opción, además de hacer deporte, es organizar las comidas del día. Muchas personas que no madrugan y viven al límite se quejan por que no tienen tiempo de comer bien y recurren siempre a restaurantes -no es bueno ir a menudo porque al final es un gasto de dinero muy grande que haciéndonos nosotros la comida no se da-. Pues en el caso de que madruguemos podremos preparar las comidas del día y seguir el plan nutricional que mejor nos convenga a nosotros. Hay tiempo para todo, lo importante es saber organizarse y se puede conseguir, solo se necesita esfuerzo.

"Uno de los consejos del libro de Sharma es que hay que despertarse y acostarse sin mirar las redes sociales"

"Estamos leyendo el libro de 'El club de las 5 de la mañana'. En él se explican algunas pautas

para vivir mejor"