A pesar de ser el instrumento más todoterreno de la época moderna, lo mismo te sirve para lucirte en un solo de rock, que tocar un estribillo popero, crear un riff cañero o regresar a las raíces de la rumba y el flamenco. La guitarra requiere de una cuidada técnica que debe ir acompañada de muchas horas de práctica. Por ello, no sorprende que, tan rápido como se coge, puede dejarse a un lado ante la frustración de verse estancado y no alcanzar el virtuosismo de Jimmy Hendrix. Y es que emos tener en cuenta que debla guitarra es un instrumento muy popular, pero no por ello menos exigente.

Lejos quedaron aquellos cursos por fascículos que se publicitaban por la radio para aprender a tocar la guitarra desde casa. En la era de YouTube, los autodidactas tienen todo listo para practicar siempre que quieran. A continuación esgrimimos unos consejos básicos para disfrutar de este instrumento.

Lo primero, si tienes una guitarra vieja u olvidada por casa que lleva con las mismas cuerdas durante mucho tiempo, cámbiaselas por unas nuevas, pues harán que suene mucho mejor. No te asustes si nada más cambiarlas y afinarlas se desafina al instante, es habitual. Al principio se debe afinar constantemente hasta que las nuevas cuerdas n se estiren y se estabilicen.

Debes tener en cuenta que es imprescindible que afines tu guitarra. Al ser un instrumento de madera. es muy susceptible y se desafina con la humedad, el calor o los cambios bruscos de temperatura. Aunque puede parecer algo aburrido, afinar nos ayudará a entrenar nuestro oído y familiarizarnos con el sonido de nuestro instrumento. Puedes hacerlo o bien a través de un afinador automático o bien directamente con tu teléfono móvil a través de alguna app gratuita. Has de tomar nota de que la afinación estándar se realiza empezando por la sexta cuerda (la más gruesa), y bajando hasta la primera (la más fina).

Como muchos sabréis, lo bueno es que no es necesario que sepas leer una partitura, pues existen otros sitemas muy extendidos que no exigen tener conocimientos de lenguaje musical. Uno de los más extendidos es el cifrado americano, con letras que van de la A a la G. Es un sistema muy sencillo que no requiere conocimientos de solfeo. Así, partiendo de que LA se corresponde con la letra A, si seguimos en orden el resto de la escala obtenemos las demás equivalencias. Así, las cuerdas de nuestra guitarra se corresponden con E, A, D, G, B y E (el MI relativo a una octava más).

Con sólo siete acordes

¡Ahora llega el momento de tocar! Lo que más puede motivarte es que con que aprendas a tocar los siete acordes básicos universales (correspondientes al Do, Re, Mi, Fa, Sol, La y Si) podrás tocar millones de canciones. En serio, sólo con esos acordes podrás tocar todas tus canciones favoritas. Simplemente los reproducirás trasladando su posición al punto del mástil que coincida con la octava en la que esté situada la canción.

Por ejemplo, para hacer un Mi debes poner tu dedo 3 en el traste 2 de la 5ª cuerda, el dedo 4 en el traste 2 de la 4ª cuerda y tu dedo 2 en el traste 1 de la 3ª cuerda y ya lo tienes. Siguiendo el dibujo de la tablatura, podrás ver que es muy fácil. Después de repetirlo en cada sesión te lo aprenderás de memoria sin darte cuenta. Hay quienes optan por hacer los acordes de quintas, también llamados power chords, que son una versión simplificada de los acordes básicos. En realidad se trata de una pequeña trampa, porque no tocas el acorde completo, pero al ser más fácil de hacer te permiten seguir avanzando y no tirar la toalla por el camino.

Una vez que hayas afianzado esos acordes y te los sepas con los ojos cerrados, no debes tener ningún problema con los acordes sostenidos o bemoles, pues sólo tienes que desplazar la figura de acorde al traste siguiente, si se trata de un sostenido, o al anterior si lleva bemol.

Ya te sabes los acordes, pero ahora hay que darles ritmo. La mano encargada de hacer esta función es la derecha. Aunque al principio nos cueste, poco a poco aprendemos a coordinar los movimientos de ambos brazos, pero no te agobies, pues requiere de práctica. Al principio es mejor si simplificas el rasgueo haciéndolo únicamente hacia abajo, para que así te salga mejor el cambio de acorde. Más adelante podrás ir enriqueciendo ese rasgueo. Una vez llegado a ese punto, un truco muy útil es hacer coincidir el rasgueo hacia abajo con el golpe principal de cada compás.

Como último consejo, elige canciones que te gustan desde el principio. Es una forma de motivarte al ver que a medida que ensayas conseguirás que vayan sonando cada vez mejor y sobre todo que disfrutes de la música. ¡A tocar!