rematuramentemalogrado expiloto: Demasiado tarde cayó usted en el tremendo error. “Ojalá me hubiera vacunado”, se lamentó ante su hermana, cuando el virus cuya existencia negaba ya campaba a sus anchas por su cuerpo de deportista. Antes de que finalmente se lo llevara por delante con solo 46 años, tuvo que pasar seis semanas entubado. En los momentos de consciencia se arrepentía en vano de su fanática actitud, que le llevó incluso a tratar de convencer a su octogenaria madre de que no se vacunara. Lo triste es que ni su muerte ni, por poner otro caso reciente, la del único bombero de Madrid que tampoco quiso inmunizarse servirán para que entren en razón los cofrades de la secta negacionista y conspiranoica.