- Yurrebaso es uno de los grandes apellidos del ciclocross vasco. El urretxuarra Joxe Mari Yurrebaso se proclamó campeón de España en tres ocasiones y también ganó una etapa de la Vuelta a España. Se retiró a comienzos de los años 90, pero el apellido Yurrebaso sigue vinculado al ciclocross, de la mano de su hijo Danel.

Danel nació en 1985, por lo que apenas tuvo ocasión de ver a su padre en acción. "Cuando era niño íbamos a ver sus carreras, pero lo dejó cuando yo tenía unos seis años. Eso sí, en casa siempre ha habido bicicletas y el aita ha seguido unido al ciclismo: salía a andar en bici, siempre ha seguido las carreras...".

Así, no es de extrañar que Danel se animase a competir cuando todavía era solo un niño. "Empecé con doce años y lo dejé con 22. Para entonces estaba trabajando y para dar un buen nivel hay que entrenar mucho".

Competía tanto en ruta como en ciclocross. "Competía durante todo el año. Al igual que ahora, no destacaba. Eso sí, recuerdo que en una edición de la Vuelta al Bidasoa disfruté mucho".

Tras diez años alejado de la competición, hace cuatro años decidió volver a participar en las pruebas de ciclocross. "Nunca he dejado de andar en bici. Cuando iba a nacer nuestro primer hijo, decidí volver a competir. Durante diez años le habíamos dado a todo (esquí de montaña, montañismo, ciclismo, correr...) y pensé que había llegado el momento de elegir un solo deporte".

Disfrutando

Dice que está disfrutando más que antes. "Me lo tomo con otra filosofía. Además, en su día tuve muchas lesiones: de rodilla, de espalda... Ahora, no voy a las carreras que se organizan lejos de casa, si un fin de semana hay dos pruebas solo voy a una... Voy con más ganas que antes a las carreras".

Eso sí, compaginar la familia, el trabajo y el ciclocross no es nada fácil. "En invierno entreno sobre todo en el rodillo, cuando los niños están en la siesta. Y cuando hace buen tiempo, voy a Mirandaola a hacer entrenamientos de ciclocross".

Cuenta con el apoyo de su padre, por supuesto. "La ayuda y los consejos del aita son de agradecer. Suele venir muy a gusto a las carreras. Cuando no viene es porque hemos dejado a los niños a su cargo. A mi pareja también le gusta el ciclocross. Cuando veo el palmarés de mi padre, suelo preguntarme cómo he podido salir tan malo siendo él tan bueno", bromea.

Aunque nunca se haya calado una txapela, está claro que es un Yurrebaso: cualquiera no es capaz de mantenerse encima de la bicicleta en esos barrizales de Dios.