- Llevamos ya casi un año en las garras del coronavirus. Hemos probado todos los confinamientos posibles, hemos perdido la cuenta de las veces que se han cerrado los bares, nos ponemos la mascarilla con la misma naturalidad que los calcetines... pero la amenaza sigue ahí y la vacunación va demasiado despacio. Este invierno se nos está haciendo muy largo. No es fácil ser optimista, mantener ilusión, soñar. Menos mal que tenemos la naturaleza para despejarnos un poco. Desde lo alto de nuestros montes podemos ver muchas otras montañas. Podemos comprobar que siguen ahí y que cada día está más cerca el día en el que podremos volver a ellas. El urretxuarra Carlos Mediavilla ha fotografiado los montes que se ven desde la cima del Irimo de Urretxu, regalándonos un poco de belleza, esperanza e ilusión. Con la ayuda de un fabuloso teleobjetivo, ha fotografiado Korosti, Hernio, Txindoki, Aizkorri, Gorbea, Anboto, Beriain... hasta los Pirineos.

Mediavilla es de origen navarro y lleva desde finales de octubre sin poder ir allí. Dice que lo lleva bastante bien. "Cuando no podíamos salir de casa era peor".

Además, desde esta semana ya puede ir a los municipios que lindan con Urretxu. De todos modos, las semanas en las que no pudo salir del pueblo también se las arregló para disfrutar del monte y la fotografía. "Urretxu es un pueblo pequeño, pero el que tiene ganas de andar ya tiene lugares para hacerlo: Irimo, las siete puntas, Meaka, Nebera...".

Considera que el confinamiento local también ha tenido sus cosas positivas. "Ha servido para ver los rincones de nuestro pueblo con otros ojos. La ladera del monte Irimo que da a Aizpurutxo, por ejemplo, es maravillosa. Un paraíso. El bosque repleto de musgo, los árboles caídos... Se forman formas muy sugerentes. Son paisajes idílicos".

Y qué decir de las vistas que se disfrutan desde la cumbre... "A una prima que vive cerca de Pamplona le envié la foto sacada al monte Beriain y no se podía creer que la hubiese sacado desde Irimo. Si subes a Beriain nos podremos saludar, somos uno, le dije".

Desde Irimo se ven muchos montes y hasta el mar (la zona de Deba), pero para capturar unas buenas imágenes hay que ser un gran fotógrafo y trabajar con un equipo de primera. "Para sacar las fotografías de los montes que se ven desde Irimo, he utilizado mi mejor cámara: una Nikon 850, con un gran teleobjetivo y un buen sensor. Además, hace falta un amanecer adecuado. Hay que salir de casa de noche, para llegar a Irimo antes de que salga el sol. Sino, el sol estropea las siluetas", concluye.