- El centro de interpretación de La Antigua acoge una exposición de radios antiguas, pertenecientes al coleccionista donostiarra Javier Soler. Es la primera vez que Soler expone sus aparatos en Gipuzkoa.

La inauguración de la muestra tuvo lugar ayer al mediodía. En el acto tomaron parte el propio Soler y la concejala Rosa Maiza. Esta última comentó que las radios estarán en Zumarraga durante todo el verano e invitó a los guipuzcoanos a visitar la ermita de La Antigua y la exposición. Un buen plan, sin duda, para este atípico verano.

La muestra acoge unos 40 aparatos de radio, recogidos y restaurados por Soler a lo largo de los años. 28 son de madera. Soler comentó que la radio le gusta desde niño. "El mundo de la radio me gusta desde pequeño. Me gustaba tanto escuchar la radio, que me empecé a interesar por el funcionamiento de los aparatos y me puse a desmontarlos".

De ahí a ponerse a coleccionar radios solo hay un paso. "Los familiares y los amigos me avisan cuando van a retirar un aparato o saben de alguien que va a hacerlo".

Restaura los aparatos que llegan a sus manos y, cuando no funcionan, intenta volver a ponerlos en marcha. "Entre las radios que expongo en Zumarraga, hay algunas que no funcionan. Hay una muy valiosa a la que necesito cambiar una válvula. Creí haber encontrado su válvula y me pidieron mucho dinero. Como el aparato lo merece, decidí gastar dinero en él. Al final resultó que no tenían la válvula".

Tiene radios de distintas épocas y de muchos países. Hay radios de las marcas Telefunken (Alemania), Iberia (España), Zenith (Estados Unidos), Marconi (Italia)... "Algunas radios no tienen marca. Están fabricadas de forma artesanal", explica.

La favorita de Soler es la Marconi. "Me la regaló un amigo y me gusta por su estética". Otros aparatos no son tan bonitos, pero tienen mucha historia detrás. Dos de las radios que se pueden ver en el centro de interpretación de La Antigua se utilizaron durante la Segunda Guerra Mundial. Una de ellas es marina. "Sirve tanto para enviar y recibir mensajes por código Morse como para recibir emisiones de onda media. Es sumergible y no necesita pilas ni enchufe: tiene un magneto y se carga con una manivela. La otra radio de la Segunda Guerra Mundial la llevaban los americanos en sus tanques".

Soler conocía Zumarraga, pues trabajó para Iberdrola y montó el centro de transformación que permite alimentar precisamente el centro de interpretación. Pero no fue a través de este trabajo como surgió la oportunidad de exponer los aparatos de radio en Zumarraga. "Soy amigo de Ricardo Intsausti, que trabaja en la empresa que explota el cine de Zumarraga. Ricardo me llamó para enseñarme una radio enorme. Me dijo que la iba a tirar. Le dije que de eso nada. Hablando, hablando... me propuso exponer mis aparatos de radio en Zumarraga".

Soler pensó que era una buena idea. "Tengo las radios en mi casa de Orisoain. Hasta ahora solo las he expuesto en ese pueblo de Navarra, pero creo que debo exponerlas más. Quiero que las vea la gente. Sobre todo, los jóvenes. Para que vean qué aparatos teníamos antes. Al fin y al cabo, forman parte de nuestra historia".

El coleccionista donostiarra, además de los aparatos de radio, ha llevado a Zumarraga varios discos antiguos. La música de estos discos ameniza la visita al centro de interpretación de La Antigua.

Ae pueden ver unas 40 radios antiguas de Alemania (Telefunken), España (Iberia), Estados Unidos (Zenith), Italia (Marconi)...