ayo iba a ser un mes muy especial para el zumarragarra Miguel Urteaga, panderojole de Zumarragako Trikitixa: el día 1 él y su esposa María Luisa García iban a celebrar sus Bodas de Oro, el día 6 iba a celebrar su cumpleaños y este mes iba a arrancar el programa organizado por el Ayuntamiento con motivo del centenario de Zumarragako Trikitixa. Nuestro amigo el coronavirus le ha impedido celebrar los tres aniversarios tal y como tenía planeado, pero el plan alternativo ha resultado bastante bueno: un confinamiento con la mujer de su vida.

Los dos son de Zumarraga y se conocieron cuando él tenía 20 años y ella 17, en un baile. "No me había fijado en él. Baile con él por hacerle un favor a una amiga que quería bailar con su amigo. Al final, ellos lo dejaron enseguida y nosotros llevamos 60 años juntos", comenta ella.

Se casaron el 1 de mayo de 1970, en la parroquia de Zumarraga. El banquete de bodas fue en el restaurante Etxeberri y la música la puso Zumarragako Trikitixa, por supuesto. Miguel también tocó y cantó alguna pieza, claro.

Tienen tres hijos y cuatro nietos. María Luisa considera que estos 50 años han sido estupendos. "Cuando me preguntan a ver si no estoy aburrida, les respondo que si me tuviera que casar 30 veces, me casaría las 30 veces con mi marido". Urteaga le responde en broma que, por si acaso, no le dé más vueltas al asunto.

Han trabajado duro y, hasta que se jubilaron, no tuvieron demasiado tiempo para estar juntos: entre semana los dos trabajaban fuera de casa y los fines de semana él tocaba con Zumarragako Trikitixa. "Los fines de semana aprovechaba para estar con mis hijos y jugar con ellos. En verano me los llevaba a Urbasa o a la playa y en invierno les gustaba mucho ir al Uranga de Loiola a tomar chocolate con churros y al Florida de Urretxu a tomar un sandwich con un refresco. A ti te veíamos poco, pero con la ama cómo andábamos... le suelen decir a Miguel. En el matrimonio no hemos tenido problemas y en la vida, como todo el mundo, hemos tenido momentos buenos y malos", resume García.

Pensaban celebrar las Bodas de Oro con sus hijos, nueras y nietos, pero tendrá que ser más adelante. "Tal y como ponéis en las esquelas de los periódicos, lo celebraremos cuando la situación lo permita. A este paso, no sé cuándo lo vamos a celebrar...", dice ella.

Todavía no sabemos a ciencia cierta cuándo podremos abrazar a nuestros familiares y comer con ellos en un restaurante sin tener que mantener una distancia de dos metros, pero seguro que llegará ese día. Y también llegará el día en el que podrán realizar ese gran viaje con el que piensan rematar la celebración de sus Bodas de Oro. Zorionak!