En Gipuzkoa el Eusebio más famoso es Eusebio Sacristán, exentrenador de la Real Sociedad. Pero en Zumarraga Eusebio es, ante todo, el nombre de un bar. Era punto de encuentro de muchos vecinos y fue el cuartel general de Zumarragako Trikitixa. Han pasado más de 40 años desde que cerró sus puertas, pero sigue en la memoria de muchos vecinos.

El Eusebio estaba en Elizkale. Tres casas de esta calle eran de otros tantos hijos del caserío Soraitz: Eusebio, Juanito y Carlos Zaldua. En los bajos de una de las casas había un bar y el propietario de la casa, Eusebio Zaldua, se hizo cargo de él a comienzos de los años 20 del siglo pasado. Su hija, Gurutze Zaldua, cuenta que su padre trajo a una chica de Gabiria para trabajar en el bar y acabó casándose con ella. "El aita trajo a una chica del caserío Izar Erdikoa de Gabiria a trabajar en el bar. Se llamaba María Altzueta. En cierta ocasión, María enfermó y su madre envió a otra hija al bar: Cándida. Mi abuela le propuso que Cándida se quedara de parte de María, pero mi padre le respondió que prefería a María".

Eusebio había quedado prendido de María y acabó pidiéndole matrimonio. "Mi padre tenía 32 años cuando se casó y mi madre 18", recuerda su hija. Eusebio no puso nombre al bar y fueron los vecinos los que se lo pusieron: Soraiztarranekoa (la casa del de Soraiz). "De allí a unos años renovaron la casa y el bar y al bar le pusieron de nombre Eusebio. Los bancos los hizo Juan Jaka, padre del historiador Ángel Cruz Jaka".

Gurutze también trabajó en el bar. Debía ser una joven muy simpática y guapa, pues Zumarragako Trikitixa le dedicó una canción. La grabaron en el disco que publicaron en 1957 y se hizo popular en toda Euskadi. La canción dice lo siguiente: Kalebarrendik hasita Elizkaleraino, ez dago neska politagorik Eusebioren alaba baino (Desde Kalebarren hasta Elizkale, no hay chica más bonita que la hija de Eusebio).

Los Ormazabal-Izagirre

Gurutze (que sigue siendo simpática y guapa), dejó de trabajar en el bar cuando se casó. Lo pusieron en alquiler y lo cogió el matrimonio formado por Felipe Ormazabal y Tomasa Izagirre, en 1959. Antes habían llevado el bar de la sociedad Galeperra.

Edurne y Maite Ormazabal, hijas de Felipe y Tomasa, recuerdan que su madre era una gran cocinera. A ellas también les tocó trabajar en el Eusebio. "Después de la misa de los domingos, venían muchos matrimonios con sus hijos. Pedían fritos y champiñones. La ama los hacía muy buenos. Cuántos kilos de champiñones habremos limpiado... Además, dábamos comidas todos los días. Entre nuestros clientes estaban también los baserritarras que traían el ganado al matadero que había junto al río. Nada más matar el ganado, traían el hígado para que la ama les preparara el hamaiketako".

La madre de Edurne y Maite era del caserío Atxibita de Zumarraga. Una de sus mejores amigas era del caserío Iburreta y los padres de esta abrieron el bar Iburreta. Fue en este bar donde Tomasa aprendió el oficio. Felipe y Tomasa tuvieron cinco hijos. De estos cinco, fueron Edurne y José Antonio los que más trabajaron en el bar Eusebio. Iñaki marchó a Estados Unidos a jugar a cesta punta, Andrés fue al seminario y Maite vivió durante unos años en Venezuela. Edurne se arreglaba bien con los clientes. "Casi todos eran hombres y yo era muy joven, pero lo llevaba bien. No me quedaba callada. Si me decían algo que no me gustaba, les respondía".

Era un bar de ambiente euskaldun. "La mayoría de los clientes eran euskaldunes. Los Oria (los integrantes de Zumarragako Trikitixa) venían a diario, pues vivían al lado del bar. Los Jaka también eran vecinos", recuerdan las hermanas Ormazabal. El ambiente del Eusebio era tan especial que la televisión pública sueca grabó en este bar algunas de las imágenes del documental Basker. En este documental sobre el pueblo vasco, de 1963, se puede ver a Edurne sirviendo a los clientes. Al mismo tiempo, Miguel Urteaga y Rosario Arrizabalaga bailan el fandango Ederregia zera zu, interpretado por Joxe y Seberen Urteaga (de Zumarragako Trikitixa).

Edurne disfrutó mucho en el Eusebio, pero acabó cansada de la hostelería y abrió una tienda de moda para caballeros en la calle Piedad. "En aquellos tiempos los hombres no salían de compras. Eran sus hermanas y esposas las que les compraban la ropa. Pero a mi tienda venían muchos hombres: me conocían del bar y confiaban en mí".

Cuando los Ormazabal-Izagirre dejaron el bar, lo cogieron los legazpiarras Jesús Mari Garmendia y Pilartxo Zabaleta. Cuando estos lo dejaron, pasó a manos de la familia Elgarresta-Mikelestorena de Urretxu. Varias hijas de Inazio Elgarresta y Fermina Mikelestorena trabajaban en bares de Urretxu y Zumarraga y sus padres decidieron coger el bar Eusebio para ellas. Fermina trabajó, sobre todo, en la cocina. Vive en el caserío Sasieta Berri (junto a la carretera de Azkoitia) y recuerda que iba todas las mañanas al bar por la vía del ferrocarril del Urola. Por las tardes volvía a casa con los manteles sucios, también por la vía.

La hija mayor de Inazio y Fermina se casó con el hermano pelotari de Edurne y Maite. Este vino de Miami a visitar a la familia y se enamoró de la camarera del Eusebio. Un hijo de Inazio y Fermina estuvo refugiado en Iparralde y el Batallón Vasco Español puso una bomba en el bar Eusebio. Consiguieron destrozar el bar, pero el Eusebio sigue vivo en la memoria de los zumarragarras. Y en las fotografías que se pueden ver en la cafetería Kakueta de Elizkale.