artin Kortaberria Larrea (Beasain, 1999) siempre ha tenido una gran sensibilidad hacia la música. Sensibilidad, que a su vez, ha ido ligada al talento.

Kortaberria no concibe la vida sin la existencia de la música. A la temprana edad de cinco años sus aitas le regalaron un violín, sin saber el futuro tan prometedor que le esperaría a su hijo junto a aquel instrumento.

A los seis años comenzó a recibir clases de violín en el Conservatorio de Donostia. A los ocho trasladó sus estudios a Beasain para recibir clases del músico y profesor Xabier Sarasola, quien a posteriori, se convertiría en un gran referente para Kortaberria.

Actualmente, a la edad de 22 años, acaba de finalizar sus estudios de violín en el Centro Superior de música del País Vasco, Musikene, los cuales define como "curiosos": "He sentido muchas cosas en estos cuatro años de carrera. Sin embargo la experiencia ha sido muy positiva", señala.

Ahora comienza su andadura como músico profesional, y para estrenarse como tal, ofrecerá un concierto hoy junto al prestigioso pianista Javier Pérez de Azpeitia, a las 20.00 horas en el Palacio Igartza de Beasain.

Es un concierto especial para él. "Quiero hacer disfrutar a la gente", afirma. Siente una cierta presión para este recital, algo de nervios en el estómago. "Es el inicio de una nueva etapa, y lo hago frente a mis seres queridos y personas conocidas".

Martin Kortaberria es un músico completo, de los pies a la cabeza. Además de ser violinista, también se maneja con la guitarra y el piano. A su vez, se anima a componer canciones y a ponerles voz. "La música es para mí como una terapia. Escribo letras sobre mis sentimientos y sensaciones, y después las musicalizo".

Kortaberria demuestra todo ese talento innato en su cuenta de Instagram, donde pueden encontrarse vídeos del joven músico interpretando sus propias canciones con la guitarra.

Martin Kortaberria define su futuro como incierto por el momento: "La vida de un músico es complicada. La oferta de empleo en las orquestras es limitada, además de ser un mundo que requiere mucho tiempo y sacrificio". No obstante, tiene pensadas otras opciones que le podrían encajar teniendo en cuenta sus gustos e inquietudes: "Me gusta la pedagogía. Me gustaría impartir clases de música", dice.

Además de la música, Kortaberria tiene otras aficiones a las que le gustaría dedicarles más tiempo, y tal vez, un lugar más protagonista en su vida futura: "Me atrae mucho el cine. No descarto cursar estudios relacionados en este área", concluye.