- La zumarragarra Emilia Cantero puede decir que ha visto de todo: de jovencita le tocó vivir la Guerra Civil y su 100º cumpleaños lo ha tenido que celebrar confinada en casa, por culpa del coronavirus.

Cantero nació el 15 de marzo de 1920 en un pequeño pueblo de Burgos: Santamaría del Campo. De joven trabajó como criada. Después se casó con un vecino de su pueblo al que conocía desde niña: Feliciano Cantero. Feliciano fue pastor y después trabajó como guardabarreras. Le cambiaban de destino cada poco tiempo, por lo que los ocho hijos de los Cantero-Cantero nacieron en distintos pueblos de Burgos y Palencia.

Los hijos empezaron a venir a Gipuzkoa en busca de un futuro mejor y Feliciano pidió el traslado. Durante 15 años los Cantero-Cantero vivieron en un caserío de Santa Lutzi, pues Feliciano trabajó de guardabarreras en este barrio de Ezkio.

Después le trasladaron a Zumarraga. Desde entonces, Emilia vive en el barrio Artiz de esta localidad: en la casa conocida como la de los ferroviarios. Desde que se quedó viuda, vive sola. En la actualidad sus hijos se turnan para cuidarla, pero hasta hace poco ha sido independiente. "Siempre ha sido de carácter amable y risueño. Le gustan mucho los niños y hasta los 90 años jugó con mis hijos. También era buena cocinera. Y le gustaba mucho jugar a las cartas. Hasta hace pocos años, iba todos los días al hogar del jubilado a jugar al julepe y a la brisca", comenta su nieto Iñigo Cantero.

Ha perdido vista y oído y ya no puede desplazarse por sí misma, pero hasta que llegó el dichoso coronavirus le sacaban a pasear en silla de ruedas todas las mañanas y tardes. "Le gusta ir a donde hay gente para poder charlar". Desde el sábado no puede salir de casa y tuvieron que suspender la fiesta que le habían organizado para el domingo, a la que iban a acudir más de 40 familiares. Ánimo, Emilia, que enseguida estás en la calle otra vez y la fiesta de tu centenario va a ser memorable.