Funeraria Vascongada-Mémora organizó el pasado viernes en el Palacio Miramar de Donostia un nuevo acto conmemorativo en homenaje a los seres queridos fallecidos en lo que va de año. Decenas de familias se reunieron en este emotivo encuentro que combinó música, literatura y simbología para acompañar el duelo desde el respeto y la pluralidad de creencias.

Con la canción Txoria txori de Mikel Laboa como telón de fondo, se encendió una vela blanca como símbolo de la luz y de la necesidad de hacer del recuerdo el faro que alumbre el camino de los que se quedan. A continuación, se prendieron cinco velas más, representando el duelo, el coraje, el recuerdo, el amor y la esperanza.

El duelo es el dolor que recuerdo por los tiempos pasados y el amor y la alegría compartidos. La cuarta vela simboliza el amor y el agradecimiento por compartir una vida. Y, por último, dedicaron la última llama a la esperanza.

Memorial en recuerdo de los fallecidos. Arnaitz Rubio

“Encender estas velas simboliza el amor compartido”, señalaron desde Mémora. Como novedad de esta edición, cada asistente pudo prender su propia vela blanca en honor a su familiar.

ladillo En un ambiente íntimo y cuidado, los asistentes recibieron también una rosa blanca mientras sonaba Somewhere over the rainbow, “como símbolo del amor y la ternura que perdurarán siempre”.

Como novedad de esta nueva edición, cada asistente pudo prender su propia vela blanca en honor a su difunto

La literatura también tuvo su espacio en el acto, con la lectura del cuento La isla de las emociones de Jorge Bucay, acompañada por el preludio Lágrima de Francisco Tárrega.

El homenaje culminó con la interpretación colectiva de Xalbadorren heriotzean, de Xabier Lete, y un cóctel que permitió a las familias compartir recuerdos y sentimientos.

Una ceremonia serena y delicada que reafirmó el compromiso de Mémora con el acompañamiento emocional a las familias en los momentos más difíciles.