El paseo de La Concha sigue en obras aunque ya se encuentra en su fase final. Además de lo que se puede observar a simple vista, como la colocación de la nueva barandilla y el ensanchamiento de la acera, la zona comprendida entre el número 12 del paseo de Miraconcha y el primer tramo de la calle San Martin acoge trabajos más ocultos, ya que se desarrollan bajo la cota de la calle.

Actualmente, puede aún verse una gran zanja junto a la plaza de Zubieta, donde se han insertado parte de los 500 metros de tuberías de 60 centímetros de diámetro que forman parte del nuevo tramo de la red de aguas residuales que gestiona la Mancomunidad del Añarbe.

Según el discurrir de los trabajos, en un mes podría estar finalizada la inserción de las nuevas conducciones en todo el tramo, aunque dependerá finalmente de cómo se organice la empresa Moyua, encargada de llevar a cabo todas las actuaciones que se concentran en la zona, según explican fuentes de la Mancomunidad de Aguas del Añarbe.

Esta entidad y el Ayuntamiento de Donostia suscribieron un acuerdo para incluir esta actuación de mejora del alcantarillado en el conjunto de los trabajos en este punto y la mancomunidad de aguas aportó al Consistorio el importe correspondiente a su obra, cercano a los 600.000 euros (574.979 euros).

El tramo objeto de los trabajos, de 250 metros de longitud entre Miraconcha 12 y la esquina de San Martín con General Lersundi, acoge dos tuberías paralelas de fundición dúctil (una aleación de hierro, carbono y silicio), especiales para la propulsión de las aguas negras a presión.

Estas aguas llegan impulsadas desde la estación de bombeo de Ibaeta (en la llamada Casa del Agua), a dos kilómetros de La Perla, y circulan bajo el paseo de La Concha en dirección a la estación de bombeo del puente de Santa Catalina, desde donde se dirigen a la Estación Depuradora de Aguas Residuales (EDAR) de Loiola, que limpia estos vertidos antes de devolver el agua al mar.

Aguas del Añarbe aprovechó que el Ayuntamiento tenía previsto iniciar la obra de La Concha (cambios viarios, barandilla, acera y bidegorri) para llevar a cabo esta actuación, que tiene como objetivo mejorar un tramo de la red que, hasta ahora, tenía un punto conflictivo junto a la playa, donde se une la renovada canalización de Añarbe con las viejas tuberías del Ayuntamiento.

A partir de este punto, cuando las lluvias eran fuertes, había demasiado caudal para las canalizaciones, a pesar de que hace unos años se construyó un tanque de tormentas bajo la plaza Zubieta. “Cuando llueve con cierta intensidad, la red de saneamiento del centro de la ciudad presenta limitaciones en el caudal que puede circular por ella debido a su carácter unitario”, explica Aguas del Añarbe, que prevé terminar con los problemas que surgen en este punto con la inserción de la tubería doble.

Las obras de la prolongación de estos conductos de impulsión discurre en los plazos establecidos, explican desde Aguas del Añarbe. Actualmente, están ya en gran parte instalados y los operarios trabajan en la renovación de las tres arquetas que incluye el proyecto.

Una vez que finalicen todas las obras, se prevé que La Concha estrene su renovación para el mes de junio. Sin embargo, la modernización de la red subterránea de Aguas del Añarbe no habrá terminado.

Quedará aún alargar la doble tubería por debajo de la calle San Martin hasta llegar a la estación de bombeo de Santa Catalina. Así, al igual que se ha hecho en esta ocasión, la siguiente obra de Aguas del Añarbe aprovechará otras obras públicas, en este caso las del Topo, a cargo de Euskal Trenbidea Sarea (ETS), para proseguir con la colocación de las tuberías subterráneas.

Por otra parte, la intervención que se desarrolla en torno al paseo de La Concha también está llevando a cabo algunas mejoras en la red municipal de saneamiento en la zona con el fin de separar las aguas pluviales.

En los nuevos barrios, la red de saneamiento es “separativa”, es decir, diferente para las aguas fecales y para las aguas de lluvia. Sin embargo, en las zonas más antiguas, las tuberías son únicas.