Las vidrieras que fueron retiradas del bar Barandiarán del Boulevard hace dos años fueron recolocadas en su lugar el pasado viernes, tras haber sido restauradas por la Cristalería Colore, ubicada en el Polígono 27 de Martutene, donde también han estado custodiadas desde su retirada del local para que no sufran daños.

Una vez que abra el nuevo establecimiento, que será el bar Antonio (actualmente ubicado en la calle Bergara), las históricas vidrieras contarán con iluminación en el interior para que puedan ser disfrutadas desde el exterior del local.

A causa de las necesidades técnicas de insonorización, el techo del establecimiento ha tenido que ser bajado, lo que impedirá que estos ornamentos de cristal se puedan contemplar desde el interior del local.

Los seis paneles de estilo art déco, fabricadas por la casa Mauméjean, datan de principios del siglo XX y fueron retirados de sus emplazamientos en las fachadas del bar en el Boulevard y en la calle Mayor cuando el clásico local inició su reforma en 2020 para volverse a abrir, esta vez con otro nombre.

Los seis paneles de cristales de colores y de plomo han sido rejuvenecidos por el restaurador Jaime Septién en una tarea que ha durado mes y medio, con una o dos personas día trabajando en ellas cada día. Las dos piezas situadas sobre las puertas de acceso al local, una en cada calle, mantienen la B de Barandiarán, a pesar de que el local cambiará de denominación.

Estas letras, según explica Septién, no son originales de las vidrieras del primitivo café Novelty, sino que fueron pintadas en frío sobre el cristal cuando se transformó en bar Barandiarán, hacia 1950.

El amplio local de la esquina entre el Boulevard y la calle Mayor ha mantenido también paneles de mármol de sus fachadas lo que retrasado algo la obra, atacada también por las circunstancias derivadas del covid.

A pesar de que las antiguas vidrieras volverán a lucir desde el exterior del local hostelero, no se recuperará ni el letrero de neón con el antiguo nombre del bar ni los dos escudos familiares de la cristalera de la calle Mayor, con los blasones de los apellidos Barandiarán y Aguirre, fundadores del local, con restos históricos en el subsuelo.