El sistema de bicicletas públicas Dbizi inició su andadura hace nueve años con todos los ciclos eléctricos. Aunque sus inicios fueron positivos, distintos problemas se fueron acumulando (mal funcionamiento y vandalismo, principalmente), lo que hizo que los usuarios se redujeran de modo drástico. El descenso de abonados bajó hasta un 25% en 2019, lo que hizo al Consistorio replantearse la situación.

El nuevo sistema, que ofrece tanto bicicletas mecánicas como eléctricas, se implantó en diciembre, después de que, con la irrupción de la pandemia, la anterior empresa rechazase mantener el sistema de modo provisional y Donostia se quedase sin servicio de bicicletas públicas desde mayo. Finalmente, tras un concurso que se alargó, el Ayuntamiento adjudicó el servicio, que funciona enmarcado dentro del transporte público donostiarra.

En la actualidad, hay 46 estaciones de Dbizi repartidas por diez barrios de la ciudad con 437 bicicletas, de las que 120 son eléctricas. Por ahora, no todos los barrios cuentan con estaciones de bicicletas, pero el compromiso adquirido en el concurso público es que en una nueva fase se coloquen otras 22 en los barrios del Este, como Altza o Bidebieta, o los más alejados. La falta de un bidegorri en condiciones a Altza ha puesto en espera los puntos de Dbizi en este populoso barrio. En la plaza de Sagastieder, en Intxaurrondo, por su parte, hay un punto de recogida de bicicletas, junto a la boca de la estación del Topo, con el fin de fomentar la combinación de transportes, como se prevé que se haga en las futuras estaciones.

Según contabilizó Dbus en las primeras semanas de servicio, la mayor parte de los abonados, más del 84%, son del tipo ordinario individual mientras que el 6,2% son de tipo ordinario grupal. El abono grupal es una opción creada para colectivos de dos a cinco personas, pensado para familias o empresas. Asimismo, se han registrado un 7,4% de abonos ocasionales individuales y un 2,2% de ocasional grupales.

El tipo más utilizado (ordinario individual) cuesta 35 euros al año, más el coste de cada viaje, que asciende a 20 céntimos como mínimo con bicicleta mecánica y a 40 con la eléctrica. Para una hora de uso, el precio es de 60 céntimos y 1,20 euros, respectivamente. En determinadas estaciones alejadas del centro, el precio de la bici eléctrica se reduce 40% de modo automático.

Los abonos ordinarios grupales, por su parte, cuestan, 80 euros al año y los trayectos de todas las bicicletas se cargan en una única cuenta, la del titular. También hay descuentos del 20% por familia numerosa y otras bonificaciones.

Tras cuatro meses de funcionamiento, el nuevo sistema está demostrando que existe un importante rotación de vehículos ya que la mayoría de los trayectos son cortos en el tiempo. En concreto, según los datos aportados por Dbus, la duración de la mayor parte de los viajes es menos de 15 minutos. Le siguen los trayectos de 15 y 30 minutos, "datos que nos indican que se está cumpliendo con el objetivos", señala la empresa de transporte público.