Donostia - La piscina exterior del polideportivo de Altza, un edificio que se encuentra en plena ejecución, dará hoy un paso adelante con la aprobación del concurso para las obras por parte de la Junta de Gobierno local. La reunión semanal del Gobierno municipal prevé dar su visto bueno a la licitación de los trabajos, que completarán el complejo deportivo que se levanta actualmente junto al paseo de Casares. Si no hay contratiempos, la zona exterior estará disponible el próximo verano. Se prevé que los trabajos duren ocho meses con un coste estimado de 2,3 millones, IVA incluido.

La piscina exterior se situará en un extremo situado al sur de la parcela al aire libre del polideportivo, alejada del edificio, y tendrá una planta de forma similar a una guitarra, con dos zonas de diferente tamaño y profundidad. La más pequeña, con menor fondo, contará con una escalera y una rampa para que puedan acceder a ella tanto las personas mayores como los niños. La zona de mayor diámetro tendrá una profundidad de entre 110 y 140 centímetros. La forma del vaso, con bordes circulares, implica que será una piscina recreativa y no deportiva.

El espacio libre que nacerá entre la piscina y el edificio contará con zonas pavimentadas y verdes, como el solárium. El espacio de playas de la piscina exterior estará separado del resto del solarium por barandillas de 1,20 metros de altura, como manda la ley. Hará tres puertas de acceso a la zona de piscinas, con duchas automáticas, y una pendiente del 2%.

Junto a las barandillas de la pileta crearán dos superficies circulares que contarán con chorros de agua para que jueguen los niños.

La zona exterior del polideportivo de Altza no se situará sobre el terreno sino sobre una plataforma elevada entre 1,5 y dos metros. La aparición de amianto en la zona obligó a sellar el terreno y crear una plataforma encima. Desde la zona de piscinas cubiertas se creará una rampa por la que se accederá al recinto exterior. Se construirá un talud verde al aire libre que, aunque quitará las vistas hacia la vaguada de Larres, creará un ambiente "recogido" que, además, hará sobresalir menos el polideportivo visto desde el exterior, dice el proyecto.

Por el momento, las obras del polideportivo, que han sufrido numerosos contratiempos desde la aparición del material contaminante en los terrenos, terminarán en julio, según el plan de obra previsto, lo que permitirá empezar a "amueblar" el interior para que la infraestructura sea una realidad en septiembre.

La construcción, de 10.500 metros cuadrados de superficie y tres plantas, contará con gimnasios, piscinas interiores y canchas polideportivas. Estos espacios necesitan gran altura, especialmente para los entrenamientos de gimnasia rítmica, una de las modalidades en las que estaba especializado el viejo polideportivo de Altza hasta su demolición.

Una de las piscinas, además, permitirá la práctica del waterpolo, otra de las especialidades propias de este centro deportivo donostiarra, en el que también se jugará a baloncesto, balonmano y otros deportes a cubierto.

La obra de la zona exterior del complejo deportivo durará ocho meses y costará en torno a 2,3 millones de euros, IVA incluido