Pocos o muy pocos podían imaginar que una víspera de San Sebastián así llegaría, pero el coronavirus ha provocado unas escenas insólitas en la Parte Vieja donostiarra. A dos horas de lo que tendría que ser la Izada, con las calles a rebosar de donostiarras y, sobre todo, foráneos, este 19 de enero esas mismas calles estaban absolutamente desiertas poco después de que el alcalde, Eneko Goia, hubiera colocado la bandera de la ciudad en el balcón principal de la biblioteca municipal de la Plaza de la Constitución.

Con toque de queda desde las 22:00 horas, las calles emblemáticas de la fiesta donostiarra eran quietud y silencio minutos antes de la Izada. Valga de ejemplo el vídeo de Ruben Plaza en el cruce de las calles San Jerónimo y Fermín Calbetón.