Las obras de la nueva cárcel de Zubieta arrancarán en abril y estarán completadas dos años después, en la primavera de 2023. Será una prisión orientada a la “reeducación y reinserción social” con seis módulos alrededor de una plaza central “para convivir”, ya que “no será un patio de cemento”. Tendrá 234 celdas con capacidad para casi 500 personas, además de un centro de inserción social y estará construida siguiendo criterios de eficiencia energética.

El ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, ha estado este viernes en Donostia para ofrecer los detalles del futuro centro penitenciario, denominado Norte III, que sustituirá a las instalaciones actuales de Martutene. El proyecto de ejecución está en proceso de licitación por más de 41 millones de euros (más IVA) y este viernes es, precisamente, el último día hábil para presentar ofertas.

Grande-Marlaska y el delegado del Gobierno de España en la CAV, Denis Itxaso, así como otros responsables de instituciones penitenciarias, se han reunido con el alcalde de Donostia, Eneko Goia, y la viceconsejera de Justicia del Gobierno Vasco, Ana Aguirre, para presentar el proyecto.

La nueva prisión tendrá 36.000 metros cuadrados de superficie construida en una parcela de 28 hectáreas de Eskusaitzeta, en Zubieta, cerca de la incineradora. “Estará en un entorno verde muy bien comunicado y cerca del centro de la ciudad, a solo ocho kilómetros”, ha explicado el ministro, que ha añadido que será como “una pequeña ciudad”, siguiendo el modelo de “núcleo urbano autosuficiente”.

Uno de los módulos será femenino, con 25 celdas, y el citado centro de inserción social para quienes estén en tercer grado tendrá también 52 habitaciones. Habrá un módulo de ingresos con 36 celdas más y siete celdas para el régimen disciplinario, aunque ha subrayado que no habrá celdas de régimen cerrado o primer grado. Habrá, asimismo, un edificio deportivo-cultural y talleres productivos para el trabajo remunerado de los presos, así como un edificio para servicios generales (enfermería con quince camas, cocina y lavandería). Un edificio estará “dedicado a las comunicaciones exteriores y videoconferencias con un novedoso sistema de videocabinas”.

También ha incidido en que se seguirán criterios de sostenibilidad medioambiental, con un sistema para aprovechar parte del agua de la lluvia, y que más de un 50% del consumo de energía procederá de fuentes renovables. “Será la cárcel más moderna de España”, ha afirmado.

Martutene, obsoleta

Grande-Marlaska ha reconocido que el actual centro de Martutene, construido en 1948, fue creado con objetivos “punitivos” y que no responde a las necesidades actuales ni puede adaptarse al “moderno sistema penitenciario que prioriza el cumplimiento del mandato constitucional de reinserción del penado”. Ha aceptado que el proceso para crear unas nuevas instalaciones penitenciarias ha sido largo, con un proyecto ya en 2005 que se ha cambiado hasta tres veces.

“Demasiado tiempo”

Tras la reunión, Goia se ha mostrado satisfecho porque el proyecto finalmente “está en marcha”, aunque ha apuntado, también, que ha costado “demasiado tiempo” arrancar un proyecto que “parece que a la tercera va la vencida y ya es irreversible”.

El alcalde ha explicado que, desde el Ayuntamiento, se pondrán a trabajar para poder poder emprender las obras de la segunda fase de Txomin “al día siguiente” de que les den las llaves de la prisión de Martutene. “Ya hemos perdido demasiado tiempo”, ha declarado, y confía en poder emprender esos primeros trabajos antes de que acabe esta legislatura.

También ha valorado que vaya a contar con instalaciones de inserción social.