l 31 de agosto no se escucharán los sonidos de la recreación histórica del asalto a la Bretxa de 1813, que dio como resultado el incendio que destruyó la ciudad de Donostia. La pandemia del COVID desaconseja las multitudes. Pero los organizadores de acto anual no se han podido quedar quietos y han creado un pequeña exposición en un desocupado local comercial de la plaza de la Bretxa, donde voluntarios de asociaciones de recreación histórica explican a los asistentes todos los detalles de aquel momento militar y luctuoso, resumido en un espacio decorado con balas de paja y material relacionado con el hecho histórico.

La exposición, que se puede visitar hasta el 8 de septiembre, exhibe reproducciones exactas de los uniformes de los regimientos que participaron en el asalto y defensa de Donostia. Así pues, pueden contemplarse tanto los atuendos del ejército francés como del inglés, que participaron en la batalla por la toma de la ciudad.

También se exponen planos, algunos desconocidos según señala la organización, tanto de la ciudad en 1813 como en 1823, además de dibujos y maquetas de la población que resultó arrasada por el fuego. La muestra también contiene auténticos proyectiles de artillería que se dispararon contra la capital guipuzcoana.

La instalación que recuerda el asalto a la ciudad también tiene a la venta unidades del denominado cuño de Donostia, una moneda de la ciudad de 1297, que se reprodujo hace unos años para financiar los actos festivos del 31 de agosto. También se puede adquirir una lámina del asalto creada por el fotógrafo especialista en recreaciones Jordi Bru, así como dos cuadernos con dibujos y planos de la ciudad antes del incendio.

La muestra puede contemplarse de 11.00 a 14.00 y de 17.00 a 20.00 horas los días laborables, y los fines de semana solo por las mañanas.