- Las paredes neutras de los pasillos y aulas del instituto Miguel Altuna Lanbide Heziketa de Bergara han cobrado vida. Las responsables de esta explosión de colores son las 65 obras que firman los y las artistas de la asociación Beart. Entre pupitres y maquinaría también se respira arte, gracias al acuerdo que han sellado el colectivo de pintores bergareses y el centro de Formación Profesional.

"Nos instalamos en el nuevo edificio con todo el equipamiento y recursos técnicos, pero desde el punto de vista de la decoración estaba un poco triste. Con esta iniciativa hemos querido darle personalidad y calor", destacó el director de Miguel Altuna, Joxu Arana, durante la firma del convenio con Beart que tuvo lugar en la tarde del miércoles. Arana habló, asimismo, de las raíces artísticas que subyacen en los orígenes del actual Miguel Altuna Lanbide Heziketa, que inició su andadura bajo el nombre de Escuela de Artes y Oficios. Además, recordó que en el viejo edificio de Ibargarai, la Elemental, tuvo su taller el reconocido y, sobre todo querido, artista Simón Arrieta (1915-1969), considerado maestro de muchos pintores actuales del foco de Bergara. En esta misma ubicación el escultor Lorenzo Askasibar también dispuso en su tiempo de un taller.

La idea que Arana le trasladó al presidente de Beart, Karlos Galarraga, fue bien acogida entre los pintores y pintoras bergaresas, que han cedido al instituto de FP un total de 16 obras con al menos un metro de ancho, que ya cuelgan en distintas aulas y salas, y 49 cuadros de pequeño formato (de 40x40 centímetros). Estos últimos, según detalló Galarraga, se retiraron de la entrada del local que la asociación tiene en el barrio de Bolu, y entonces acordaron engordar su aportación artística con un muestrario que refleja "los diferentes niveles" que convergen en Beart, varios con una larga trayectoria y otros más principiantes, y de diversas generaciones. Algunos, incluso, han sido alumnos y profesores de la Elemental.

49 socias y socios son los autores de los trabajos que visten el inmueble principal de Miguel Altuna. La cesión se ha hecho por diez años y una vez transcurrido este plazo ambas partes verán en que situación se encuentran las obras para prorrogar o no el acuerdo.