- Además de la parroquia de San Andrés y el santuario de Arrate, Eibar ha tenido a lo largo de su historia otras muchas ermitas e iglesias. Una parte de las ubicadas en los barrios y zonas rurales de la ciudad siguen en pie pero, desgraciadamente, la gran mayoría de las que estaban situadas en el entramado urbano de la villa han desaparecido.

Consciente de esa realidad, la comisión Ego Ibarra del Ayuntamiento, dedicada a la recuperación del patrimonio cultural de la ciudad armera, ha aprovechado que este año se conmemora el 675 aniversario de la fundación de Eibar para poner en marcha un proyecto encaminado a recuperar la memoria de las ermitas y los humilladeros que ha habido en el municipio. Todo ello, para que quede constancia de unos edificios religiosos que, si bien ya no están físicamente, forman parte de la historia de Eibar.

Sea como fuere, el citado proyecto culminará este mismo año con la edición de un documental sobre las ermitas y humilladeros que ha albergado Eibar a lo largo de su historia; un trabajo audiovisual en el que se plasmarán las imágenes y los testimonios orales recogidos por la asociación Badihardugu tras entrevistar (durante 16 horas) a once personas conocedoras de las ermitas eibarresas.

Según explican desde Ego Ibarra, "José María de Loyola nos ha hablado de Agiñaga y de la ermita de San Román; Mari Jose Unzetabarrenetxea de la ermita de San Rafael de Maltzaga que fue construida por los ferroviarios; Marixabel Ugarteburu de la ermita de Santa Cruz; Doroteo Urkia, su esposa, María Luisa Zuloaga y su hijo Josean de la iglesia de Azitain; Jesusa Aranzeta de la iglesia de Agiñaga y del humilladero de San Ildefonso; María Jesús Osa de las romerías del día de San Salvador; Mari José Elizalde de la ermita de Akondia y la historia del conjuro; y Vicente Areta y Mariasun Azpiri nos han dado detalles de la ermita de San Martín".

Además, en el documental se recogerán las palabras de Juan Larreategi, el eibarrés que solicitó a Ego Ibarra que recopilara la información sobre las ermitas; así como del historiador de Soraluze afincado en Elgoibar Jabier Elorza, que ha sido quien ha aportado los detalles precisos para explicar la importancia de las ermitas como elemento de ordenación territorial, la relevancia del tamaño de las puertas de las ermitas como dato de datación, las peculiaridades de la iglesia de Agiñaga o la importancia de ermitas como las de San Martín o Santa Inés.

Gracias a este trabajo de recopilación Eibar recuperará la memoria de unos edificios que, en gran parte, ya no existen. Es el caso de la pequeña iglesia de los Orbea (de 1927, en Urkizu); del convento de Errebal (1602); de la iglesia de Isasi (1597), destruida en la guerra; San Rafael de Azitain (1927); San Juan de Untzaga (1556); San Esteban (1620, situada en Barrenkale, cuya imagen está en Arrate); Santa Inés (1550, el retablo está en la iglesia de San Andrés); Elexalde (estaba situada en el actual colegio Aldatze); San Lorenzo de Urki (1610), o la ermita de Ibarkurutze (1694).