oy se cumplen dos años. Apenas habían pasado unos pocos minutos de las 5.00 horas del día 5 de julio de 2018 cuando el emblemático puente de piedra que desde hace 153 años conecta las localidades de Deba y Mutriku salvando las aguas de la ría debarra se hundió parcialmente tras ceder uno de los pilares que lo sustentan en su parte central.

Afortunadamente, aquel suceso se saldó sin tener que lamentar daños personales (un hombre que se encontraba pescando tranquilamente tuvo que abandonar el lugar de manera precipitada), pero el desplome de la histórica estructura (se terminó de construir el 18 de diciembre de 1866; posibilitando de esa forma la apertura completa del camino entre Deba y Mutriku, el último tramo de carretera que quedaba por construir para unir Donostia y Bilbao por la costa) ha tenido importantes consecuencias en la vida de la ciudadanía debarra y, especialmente, de las decenas de personas residentes en Urasamendi; el barrio (pertenece a Mutriku) que está situado en la margen izquierda de la ría.

No en vano, el derrumbe parcial del puente les dejó sin la principal conexión directa que tienen con el casco urbano de Deba, donde realizan su día a día.

Y eso que, ante la falta de recursos para que los ayuntamientos de Deba y Mutriku pudieran afrontar la restauración de la estructura (la titularidad es suya), la Dirección de Patrimonio del departamento de Cultura de la Diputación Foral de Gipuzkoa dio un paso al frente y asumió una responsabilidad que no le correspondía, aprovechando las obras acometidas por la vía de urgencia (evitaron el desplome total del puente) para acondicionar un paso peatonal provisional por el medio de la estructura metálica que lo sustenta.

Aún así, ese paso provisional cuenta con numerosas escaleras metálicas a ambos lados del puente, por lo que resulta inaccesible para las personas con movilidad reducida o que se desplazan en silla de ruedas o con carritos de niño. Y eso mismo volvieron a denunciar ayer los vecinos de Urasamendi, que aprovecharon el segundo aniversario del desplome del puente para colocar una pancarta denunciando y recordando su situación.

Sea como fuere, NOTICIAS DE GIPUZKOA puede avanzar que la Diputación territorial tiene intención de sacar a concurso "este mismo mes de julio" las obras para revertir a su estado original el emblemático puente de piedra; una actuación "de enorme complejidad" que "no tiene precedentes en Europa". El esperado proyecto se licitará con un presupuesto de tres millones de euros; una cantidad que será financiada con cargo a los presupuestos de 2020 y 2021 de la Diputación Foral de Gipuzkoa (ya se han previsto las cantidades necesarias para acometer este proyecto).

Si no hay imprevistos, las obras empezarán a finales de año. Aún así, deberá pasar bastante tiempo más hasta que el histórico puente pueda volver a lucir en todo su esplendor.