a excelencia y el saber hacer del sector turístico del Bidasoa es hoy más patente que nunca. Menos de dos años después de que Basquetour, la Agencia Vasca del Turismo, definiese el Código Ético del Turismo en Euskadi, ya son casi una veintena las empesas de Irun y Hondarribia las que o bien se han adherido ya al cumplimiento de los principios que enumera el documento o bien están realizando actualmente los trámites para participar en la iniciativa y adquirir el distintivo.

Esta adopción de los compromisos ético propuestos por Basquetour, impulsada en la comarca por Bidasoa Activa, no solo permite a los visitantes identificar a las empresas que trabajan abrazando la calidad turística, singularizando su oferta. Según el presidente de la agencia de desarrollo, Miguel Ángel Páez, el código también permite, en el plano institucional y a nivel de sector, "cohesionar la práctica turística y situar, más si cabe, a nuestra comarca en el mapa".

María Serrano, vicepresidenta de la agencia, desglosó algunos de los criterios que se contemplan a la hora de permitir adherirse al sello, como la apuesta por la sostenibilidad medioambiental y económica o la responsabilidad social.

Uno de los establecimientos que ya cuenta con la distinción es el agroturismo Goiznabar, situado en las faldas de Jaizkibel. Su responsable, Encarna Ancisar, enmarcó ayer la adhesión al Código Ético en una apuesta continua por "hacer mejor las cosas". En el plano práctico, el sello también ha traído cambios a nivel operativo en Goiznabar. "Bidasoa Activa y Nekatur nos han ayudado a digitalizar y modernizar nuestro sistema de reservas", explicó la encargada.

"En nuestro caso ya había muchas cosas que se plantean en el código que ya hacíamos y ha sido una manera de plasmarlas en un sello", valoró por su parte Gonzaga Jauregui, del Hotel Jaureguí de Hondarribia, destacando lo laborioso del proceso, para el que dedicaron meses de otoño en los que "desgraciadamente hubo bastante tiempo para este tipo de cosas".