- El alcalde de Irun, José Antonio Santano, ha hecho balance esta semana del impacto económico que la crisis del COVID-19 ha provocado hasta el momento en las cuentas del Ayuntamiento. Así, el primer edil anunció que la suma del gasto no previsto y la merma de los ingresos que el Consistorio esperaba tener asciende ya a los 13 millones de euros, lo que supone en torno a un 15% del presupuesto municipal para el año 2020, de unos 80 millones.

Desde que el decreto del primer estado de alarma el Consistorio irundarra ha gastado 6,2 millones de euros para plantar cara a la crisis del COVID-19, implantando medidas como las ayudas directas para los autónomos y las pymes de la ciudad, las subvenciones a familias por diferentes conceptos, los gastos derivados de la suspensión del transporte urbano o el cierre polideportivos, la ampliación de las Ayudas de Emergencia Social o los bonos de impulso al comercio y a la hostelería.

En cuanto a la merma de los ingresos, las bonificaciones en algunas tasas e impuestos y, sobre todo, la reducción de ingresos prevista desde el Fondo Foral de Financiación Municipal alcanza los 7 millones de euros.

El primer edil también se refirió a la complicada situación que desde ayer vive el sector hostelero, y en la que el Ayuntamiento seguirá apoyando a los bares y restaurantes de la ciudad, si bien mencionó las limitaciones tanto financieras como competenciales de la institución en ese sentido. “Vamos a intentar, desde la cercanía, apoyar y ayudar en todo lo posible a este sector porque es empleo, es ciudad y es estilo de vida”, declaró el alcalde.