Decenas de bergararras se han concentrado este jueves para mostrar su apoyo a la ganadería Bergarako Zezenak, afectada por un foco de tuberculosis bovina que le ha obligado a sacrificar alredededor de 90 reses. Bajo una pancarta con el lema 'Txarrenetan ere herria zurekin' (“En lo peor, el pueblo también contigo”), el acto ha servido para trasladar el cariño y la solidaridad del municipio y el entorno a la familia ganadera.
La convocatoria, surgida de manera espontánea entre los propios vecinos y vecinas, a través de redes sociales y mensajes de 'WhatsApp', se ha convertido en una muestra de respaldo colectivo hacia una explotación muy conocida por su participación e implicación en las celebraciones festivas, así como en la organización de espectáculos taurinos —vaquillas, recortadores, exhibiciones—. “Tras años animando las fiestas del pueblo, necesitan ahora más que nunca el apoyo de la ciudadanía”, se leía en el mensaje difundido estos días.
"Las cosas están muy complicadas"
El propietario de la ganadería, Iñigo Almorza, ha asistido al acto y, visiblemente emocionado, ha agradecido la respuesta de la ciudadanía. Ha remarcado que “crían a las reses con mucho cariño” y que, a pesar de estar atravesando un momento muy duro, “hoy no es día de polémicas, sino de sentirse arropado". También ha resaltado que “en el sector primario las cosas están muy complicadas” y que “todo esto tiene detrás una intención", aunque ha preferido no profundizar en ello. “Ahora me quedo con la gente y con su apoyo”, ha reiterado el ganadero bergararra.
Almorza se ha dirigido, a su vez, al público mostrando su agradecimiento: “Eskerrik asko a toda la gente de Bergara y a quienes habéis venido de fuera. Os agradezco de corazón todo esto”.
"Volveremos más fuertes que nunca"
Durante la concentración, se ha leído un comunicado de apoyo a Almorza y a toda la familia que integra Bergarako Zezenak. Han hecho alusión a las las palabras difundidas por la propia ganadería en los últimos días: “Volveremos más fuertes que nunca”.
Las aproximadamente 90 cabezas de ganado que la explotación bergararra se ha visto forzada a eliminar, como establece el protocolo europeo de 'vacío sanitario', son vacas, mansos, bueyes y, sobre todo, toros, ya que su principal destino eran las fiestas de Euskal Herria y otros lugares cercanos.