El azpeitiarra Andoni Bastarrika se ha embarcado en el proyecto de llevar a las salas de exposiciones y museos las figuras a tamaño natural que crea con arena.

Su idea es ir abandonando el que hasta ahora ha sido su espacio natural, la playas, y promover muestras centradas en su habilidad a la hora de trabajar la arena en pueblos y ciudades.

La sala Betharram está acogiendo la primera muestra de esta nueva andadura y, vista la gran afluencia de público que está registrando, todo apunta a que el plan de Bastarrika tiene recorrido por delante.

Gran acogida

Las protagonistas de la muestra son figuras realistas de un cocodrilo, un tigre y un lobo, hechas con arena en la propia en la sala.

Su espectacularidad ha dado lugar a que el trasiego de personas por Betharram haya sido constante.

Cientos de personas de todas las edades han pasado ya por la sala y la han abandonado sorprendidas y maravilladas por lo que las virtuosas manos de Bastarrika logran con materias primas tan básicas como la arena y el agua.

Un inicio casual

Lo que comenzó como un juego improvisado con la arena en la playa de Getaria junto a sus dos hijas y su mujer, se convirtió en un camino hacia la creatividad por el que el Andoni Bastarrika ha transitado durante los últimos 15 años.

Las primeras figuras que moldeó con arena le hicieron sentir que su futuro pasaba por darle forma con sus manos y, fiel a esa idea, inició un proyecto vital que hoy tiene reflejo en Betharram.

Las figuras de arena causan la sorpresa de niños y mayores por su realismo. Aitor

Un camino por recorrer

Pero para llegar a este punto hay que viajar 15 años atrás, al momento en que el azpeitiarra sintió la llamada de la arena. Aquellas primeras pruebas en la playa de Getaria con sus hijas lo llevaron a profundizar en ese arte.

Comenzó a ir con regularidad a la playa Itzurun,de Zumaia, fuera de la temporada de verano, para dar forma a sus creaciones sin el agobio de la multitud, buscando perfeccionar su estilo.

“Hacía animales, rostros de indígenas, figuras humanas, pero sin tener claro hacia dónde me llevaría todo aquello”, rememora Bastarrika.

Artista callejero

Con el tiempo, pensó que dominaba lo suficiente la técnica como para mostrar su trabajo al público y obtener algún rendimiento económico.

Animado por la idea de convertirse en artista callejero, se presentó en la playa Ondarreta, de San Sebastián, para hacer su primera figura ante los ojos de la gente.

Las horas de preparación previa desembocaron en una espectacular escultura que atrajo a numerosos curiosos. Bastarrika escuchaba los comentarios que reconocían su esfuerzo, lo que le reafirmaba en su decisión, pero aún debía dar un paso más.

“Como artista callejero, tenía que obtener dinero por mi trabajo. Tocaba pasar la gorra, pero me daba vergüenza. La solución llegó de la mano de unos niños. Me preguntaron si no iba a pedir dinero a la gente y entendí que eso era lo que tenía que hacer. Ellos me animaron a dar el paso”.

Evento viral

Han sido muchas las ocasiones en las que el azpetiarra ha podido mostrar su trabajo desde aquel bautizo como artista callejero en la playa donostiarra.

Han sido muchos también los bañistas que lo han visto afanarse en su labor de crear figuras en las playas vascas.

Uno de los lugares donde sus obras han estado más presentes ha sido el malecón de Zarautz.

Tener la arena a un paso y la multitud de personas que transitan por la zona durante el verano lo convierten en el escenario ideal para un creador callejero como Bastarrika.

De hecho, allí fue donde, en 2019, moldeó un toro que se volvió viral, abriéndole las puertas de los medios de comunicacion y la posibilidad de viajar a otros países. “Aparecí en El Hormiguero y he viajado a Brasil, Arabia Saudí, Francia e Italia. También recibí llamadas de Japón y Alemania, pero la pandemia de la Covid frustró los proyectos”.

Andoni Bastarrika posa con la figura del toro que moldeó en el malecón de Zarautz en 2019 y se convirtió en un fenómeno viral. N.G.

Nuevo proyecto

Pese a todo, Bastarrika no ha cejado en su empeño y ha seguido siendo protagonista de los veranos en las playas vascas, donde sus obras siguen causando sensación.

Ahora quiere dar un paso más y se ha embarcado en un proyecto personal que tiene como meta mostrar su arte en salas de exposiciones y museos de pueblos y ciudades.

La muestra que presenta estos días en Betharram es un ejemplo de ellos. La idea de poder conocer de cerca su trabajo se acompaña de un valor añadido que es el de organizar muestras temáticas atendiendo a las demandas de quienes le contraten.

“En un pueblo de costa que quiera lanzar un mensaje sobre el cuidado de los mares podría hacer peces atrapados en una red o moldearlos rodeados de plástico, o dar forma a una exposición sobre bosques con animales salvajes hechos con arena. Estoy abierto a todas las opciones”.

Cuenta atrás

El éxito que está teniendo la muestra en Azpeitia sugiere que su proyecto va por buen camino.

“Hay días que esto parece una feria. Han pasado cientos de personas, lo que me demuestra que la exposición genera interés. Por eso pienso que, si en Azpeitia ha funcionado, en otros pueblos también podría hacerlo”.

A la espera de nuevas oportunidades, quienes no hayan visitado la muestra aún están a tiempo de hacerlo, ya que permanecerá abierta hasta el 19 de octubre. Ese día tocará deshacer las figuras, y el cocodrilo, el tigre y el lobo que presiden la sala volverán a convertirse en el montón de arena que eran antes de pasar por la manos de Bastarrika.