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Vecinos de la calle Ermita de Irun denuncian problemas de tráfico y seguridad tras su peatonalización

Aseguran que no se respeta la limitación de acceso exclusivo para residentes y que el paso constante de vehículos genera situaciones de riesgo.

Vecinos de la calle Ermita de Irun denuncian problemas de tráfico y seguridad tras su peatonalizaciónA.M.S.

Los vecinos de la calle Ermita de Irun han denunciado públicamente esta mañana los problemas de tráfico y seguridad que sufren desde la peatonalización parcial de la vía en 2022. Según han afirmado, a pesar de que la reurbanización fue presentada como una mejora para el barrio, la gestión del tráfico y la movilidad ha empeorado, poniendo en peligro su seguridad y la de los peatones.

Koldo Iñarra, portavoz de los vecinos, ha explicado que la calle Ermita forma parte del Área de Rehabilitación Integral del casco antiguo de la ciudad, y que desde 2009 cuenta con una ordenanza específica que limita el acceso a los vehículos, permitiendo solo la circulación de los residentes. Sin embargo, ha asegurado que esta norma no se cumple, y que el tráfico ha aumentado considerablemente en los últimos años. "La decisión de peatonalizar la calle en el año 2022 fue del Ayuntamiento, y este debería responsabilizarse de hacerlo ajustándose a los criterios de peatonalización y garantizando la seguridad de los vecinos”.

Una calle “muy insegura” 

Además del aumento de tráfico en la calle, denuncian que la infraestructura actual no ofrece suficiente seguridad. Al tratarse de una zona peatonalizada, la ausencia de aceras y la colocación deficiente de bolardos hacen que los peatones, especialmente los más vulnerables como niños y personas mayores, se vean expuestos a riesgos innecesarios. "Tenemos que tener siempre mucho cuidado con los niños. Yo tengo dos y saben que no pueden salir a la calle solos. Cada mañana tengo que salir yo primero y mirar hacia los dos lados para asegurarme de que no vienen coches, y si estos vienen de arriba ni los ves. Son situaciones muy tensas que vivimos todos los días", ha manifestado un residente. 

En la misma línea, otra vecina ha denunciado que se trata de “una calle muy insegura. Se supone que es peatonal, pero nuestros hijos e hijas no pueden jugar en ella porque no se respeta y pasan coches constantemente". 

Los vecinos han mostrado fotos que evidencian la problemática que sufren.

Al mismo tiempo, también han destacado el ruido que generan los vehículos al pasar sobre las arquetas, que no están diseñadas para soportar el peso de los coches, lo que agrava aún más la situación.

Denuncia ante el Ararteko

Iñarra ha añadido que tanto las solicitudes realizadas al Ayuntamiento, como las reuniones mantenidas en las últimas semanas con la alcaldesa, Cristina Laborda, y los responsables del área de Movilidad han sido “en balde”, en lo que consideran una clara falta de voluntad política para atajar el problema. Por este motivo, han decidido acudir hasta en dos ocasiones al Ararteko, con la esperanza de que sus peticiones sean atendidas y el problema pueda resolverse a la mayor brevedad. 

Los residentes proponen soluciones prácticas, como la instalación de cámaras que identifiquen las matrículas de los vehículos no residentes, similar a otros sistemas implementados en la ciudad. "De esta forma se podría multar a aquellos coches que no sean de residentes, como se hace en tantos lugares".

Por último, también sugieren la necesidad de actualizar la ordenanza municipal de Circulación de Peatones y Vehículos del año 2000, de manera que se regule de forma más efectiva el acceso y circulación en calles peatonales. “En la ordenanza no se hace referencia a la señal de ‘excepto residentes’, lo que genera un vacío legal en la calle Ermita”, han zanjado.