El domingo, 21 de septiembre, la DJ mexicana Hija del Nopal, alter ego de Emilia Larrondo, inundará de música la sala Portaleburu de Azkoitia en una celebración que va más allá del divertimento musical y el disfrute del baile.
Baile, música y resistencia
La cita es también la reivindicación de la cultura, la memoria y la identidad de un continente, tomando como punto de partida los ritmos tropicales que componen la base del proyecto de esta mujer.
Nacida en la localidad mexicana de Puebla, pero residente en Bilbao desde 2017, la actuación del domingo se encuadra en la Fiesta Intercultural y tendrá lugar entre las 15.00 y las 17.00.
De México a Bilbao
Emilia Larrondo llegó a Bilbao de la mano de una beca para realizar un máster.
En México había estado en contacto directo con personas involucradas en proyectos culturales, pero hasta entonces su vinculación con la música y el baile no pasaba más allá de ser una apasionada de ambas disciplinas.
Sin embargo, su llegada al País Vasco removió algo en su interior que la empujó a compartir los ecos de la música que llevaba dentro.
Aquellas canciones que habían sido la banda sonora de su vida desde la infancia la empujaron a dar forma a un proyecto musical marcado por los ritmos tropicales. Acababa de nacer Hija del Nopal.
Raíces
El nombre que eligió para dar forma a su proyecto no es casual. El nopal es un cactus emblemático de México, hasta el punto de que está presente en la bandera del país.
Ese simbolismo no es ajeno a Emilia, aunque lo cierto es que tuvo que salir de su país para darse cuenta del vínculo emocional con México.
“Abandoné México para ir a Buenos Aires en un programa de intercambio. En mi necedad, pensaba que no estaba marcada por el sentimiento de estado-nación, que era algo ajeno a mi identidad. Pero al visitar otros países me di cuenta de que ese sentimiento estaba ahí, y se agudizó aún más cuando dejé el continente y vine el País Vasco. En ese momento sentí que tenía que reivindicar esa identidad”.
Abya Yala
Ese espíritu reivindicativo e identitario no solo se circunscribe a México.
El proyecto de Hija del Nopal es mucho más amplio y abarca la cultura y la identidad de todo un continente, tomando como punto de partida el rescate y dignificación de las culturas de Abya Yala, el nombre con el que los pueblos originarios del actual Panamá se referían al continente americano antes de la colonización.
El uso de este nombre cargado de historia es una declaración política que define el trabajo de Hija del Nopal como DJ.
“En el proceso de habitar otro territorio como migrante me doy cuenta de que el eurocentrismo no solo reside en México, sino que está presente en todo el mundo. Los referentes están marcados desde las metrópolis y creo que es necesario mostrar otras formas de entender el mundo, poniendo en valor nuestra identidad y nuestra cultura”.
El eco de los ‘sonideros’
La herramienta que ha elegido para hacerlo es la música y, más en concreto, los ritmos tropicales. El proyecto en el que se embarcó Emilia Larrondo es heredero de los ‘sonideros’ mexicanos.
Esta expresión se vincula a los disc jockeys que animaban bailes públicos callejeros con ritmos tropicales como la salsa y distintos estilos de cumbia, ayudados por aparatos de sonido más o menos sofisticados.
Sus orígenes se remontan a mediados del pasado siglo, fecha de inicio de un proceso que fue evolucionando con el paso del tiempo. Esa evolución se tradujo tanto en las discotecas permanentes como en las móviles que iban de pueblo en pueblo a ritmo de cumbia, salsa, guaracha, cha-cha-cha, rumba y otros estilos.
Vinilos de las décadas de los 50 a los 80
La selección musical que utiliza en sus sesiones está marcada por un riguroso trabajo de archivo y memoria, en el que rescata vinilos de música tropical editados entre los años 50 y 80.
Muchas de esas piezas no forman parte de las listas comerciales ni del imaginario dominante de la música latina actual, y es ahí donde su propuesta de reivindicar la cultura de un continente cobra mayor sentido.
“Mi objetivo es mostrar que existe un universo sonoro rico, complejo y profundamente identitario más allá de los moldes impuestos desde la industria musical global”.
Cargada de discos desde Colombia
Esa labor de recopilación y recuperación de viejos vinilos le ha llevado a vivir situaciones curiosas.
”En 2023 viajé a Colombia con el ánimo de encontrar discos para mis sesiones. El resultado superó mis expectativas. Volví cargada con 50 kilos de vinilos. Todavía me quedan por escuchar algunos”, comentó con humor la DJ mexicana.
Goce y baile
Pero la música no es solo memoria. Es también cuerpo, emoción y resistencia.
De hecho, Hija del Nopal reivindica el derecho al goce como una herramienta de empoderamiento, especialmente para las mujeres. Influenciada por su formación en Sociología, concibe el baile como una herramienta política con un carácter sanador.
“La represión del acceso al goce de las mujeres es una realidad que se ha mantenido a lo largo de la historia. Por eso, concibo la música y el baile como espacios de sanación y rebeldía en los que la mujer debe reivindicar el derecho al disfrute”.
Dos horas de disfrute
La sesión del domingo en Azkoitia es la ocasión de conocer el universo sonoro y reivindicativo de Hija del Nopal.
Durante dos horas, pondrá a girar los vinilos que ha rescatado, creando un ambiente de fiesta en el que el goce y el disfrute de la música y del baile se acompañarán de un sentimiento de identidad y vínculo con una cultura. Bailar puede ser un acto político y, a veces, la revolución comienza con una cumbia.