Laritza Pérez reabrirá la cafetería Bolo-Bolo de Zumarraga el día 2 de octubre
Esta zumarragarra de origen colombiano regentó los bares Laket y Gure Trena de Urretxu
La cafetería del número 7 de la calle Soraluze es una de las históricas de Zumarraga. La abrió la familia Ortiz-Revuelta en 1983. En 2024 la cogieron las hermanas Ainhoa y Eider Plazaola y pasó a llamarse Bolo-Bolo. Estas dos hermanas han dejado el negocio y lo ha cogido Laritza Pérez. Lo reabrirá el 2 de octubre, con otro nombre.
Pérez nació en Barranquilla, Colombia, en 1987. Hace 20 años vino a Euskadi. “Vine a Donostia, pues mi expareja vivía allí. Después vinimos a Zumarraga. Mi pareja trabajaba en la empresa Sarralde de Urretxu y perdía mucho tiempo en la carretera”.
Se integró perfectamente en Zumarraga. “A mí no me mueven de aquí. La gente me recibió muy bien y tengo muy buena relación con todo el mundo”.
Ha trabajado, sobre todo, en la hostelería. “Cuando vine, como la mayoría, trabajé en la limpieza y paseando a personas mayores. Pero he trabajado, sobre todo, en la hostelería. Empecé en el bar Geltoki de Urretxu y después trabajé en los restaurantes Apain y Kabia. También he trabajado en Bergara, en Oñati y en el bar Monterrey de Zumarraga”.
En 2020 decidió tomar las riendas de un bar. “Cogí el bar Laket de Urretxu. Empecé en enero y en marzo llegó la pandemia. Empezamos muy bien, pero la pandemia nos hizo mucho daño. Trabajábamos mucho de noche, pero durante la pandemia solo podíamos abrir de día y encima no podíamos llenar el bar”.
Le ofrecieron coger el Anais y aceptó. “Le cambiamos el nombre. Pasó a llamarse Gure Trena, en homenaje al tren de Urola, que pasaba por allí. Además, coger un bar supuso para mí subir a un tren con mi familia. Por lo tanto, el nombre tenía un gran significado, tanto para el pueblo como para mí”.
Trabajó muy a gusto en el Gure Trena. “Tenía muy buena relación con los dueños y con los clientes. Fue una experiencia muy bonita, pero en aquellos años mi vida cambió mucho: me casé y tuve dos hijas. También tengo un hijo de 19 años. Compaginar mi vida personal y laboral se convirtió en algo muy difícil. Mi hija pequeña casi nació en el bar. No podía seguir así y decidí dejar el bar”.
Ha vuelto a la hostelería antes de lo que pensaba. “Ha pasado poco más de un año desde que dejé el Gure Trena y mi intención era seguir en casa cuidando de mis hijas, pero me han ofrecido el Bolo-Bolo. Me parece una muy buena oportunidad y no sé si en el futuro surgirá algo así, por lo que he decidido dar el paso”, explica.
Abrirá la cafetería el 2 de octubre. La inauguración será de 19.00 a 21.00 horas. Hasta entonces no dará a conocer el nuevo nombre del bar.