El 31 de julio es una fecha marcada en rojo en el calendario. Una excelente ocasión para subir hasta las campas de Urbia con una excusa añadida: la celebración de la fiesta de San Ignacio a los pies de la sierra de Aizkorri, y a tiro de piedra de la basílica de Arantzazu, en Oñati. Tradición y altura se fundirán este jueves en una jornada que rinde honores al patrón de Gipuzkoa, con la mirada puesta también en otro día señalado: el 30 de agosto, cuando la mítica fonda, punto de encuentro de miles de mendizales y varias generaciones de pastores, alcanzará su siglo de vida.

Los actos organizados por la Parzonería de Gipuzkoa y Araba, junto con Urbiako fonda, ya están listos para reeditar pasado mañana la fiesta que revive el espíritu y el ambiente propio de la montaña, que acostumbra a reunir a cientos de vecinos de Oñati y la comarca. A ellos se sumarán montañeros llegados desde Segura, Zegama y los pueblos alaveses cercanos al macizo del Aizkorri.

Misa, bertsolaris, romería...

El programa oficial arrancará a las 11.30 horas con la misa en la ermita. A continuación, el público asistente podrá disfrutar de un hamaiketako, y a las 13.00, el protagonismo recaerá en el deporte rural con el duelo entre Idiazabal y Zegama. Bertsolaris y soinujoles pondrán ritmo a la celebración, que se aderezará con la romería de Miren, Agur eta Oier. Se trata de un clásico y entrañable encuentro que para muchas personas supone el verdadero inicio de las vacaciones de verano.

Autobuses desde las 7.30 horas

Dado el trajín de la jornada, el Ayuntamiento oñatiarra reforzará la línea de autobús que comunica el municipio y Arantzazu con un segundo vehículo de 55 plazas. Esto permitirá que de 7.30 (primer viaje de ida) hasta las 19.30 horas (último de vuelta) haya autocar cada media hora para facilitar el desplazamiento. Para una mayor operatividad del servicio, habrá una única parada, la del colegio Elkar Hezi (frente a Eroski).

Más de 3.000 personas

Dentro de un mes Urbia volverá a vestir sus mejores galas. La fonda soplará las velas de su 100 cumpleaños. El 28 de septiembre de 1924 se inauguró 'la catedral de los pastores', la ermita, y ese mismo día se puso la primera piedra del citado refugio, que un año más tarde, el 30 de agosto de 1925, abría sus puertas al público en un evento que congregó a unas 3.000 personas.

Atesora una larga historia, ligada al pulso de la montaña. Desde los Etxezarreta, los Alustiza y, durante 23 años –de 1999 a mayo de 2022–, los Altzelai y Altube, hasta el relevo tomado el 23 de julio de ese mismo año por el matrimonio formado por Peio Bilbao y Naiara Portatet, este emblemático 'txoko' ha mantenido su esencia. La concesión actual se prolonga hasta 2047, momento en el que la fonda quedará en manos de la Parzonería, la entidad que gestiona los pastos del Aizkorri. En definitiva, dos buenas razones, la cita de mañana y la del 30 de agosto, para disfrutar de este paraíso.