La semana pasada, el Ayuntamiento de Idiazabal celebró un homenaje para recordar a las primeras mujeres que participaron en la romería de San Adrián, un hecho que sucedió hace ya 60 años y que supuso un cambio importante en una tradición que, desde mediados del siglo XVII, había estado reservada únicamente a los hombres.
La peregrinación a San Adrián es una costumbre antigua en la que las autoridades de Idiazabal, Segura y Zegama se reunían en torno a las tierras de la parzonería. Con el tiempo, se convirtió en un lugar de peregrinación al que solo acudían los hombres.
Pero todo cambió en 1965 con la llegada a Idiazabal de Don Bernabé, un cura procedente de Ordizia, que al conocer la tradición se sorprendió de que no participaran mujeres. Investigó sobre el tema y comprobó que no existía ninguna norma escrita ni motivo que prohibiera su asistencia. Fue entonces cuando animó a varias mujeres a participar.
Ese mismo año, un pequeño grupo de mujeres se sumó por primera vez a la procesión. El recorrido les gustó mucho y todavía recuerdan con cariño aquella jornada. Sin embargo, no todos los vecinos aceptaron bien la decisión. Los hombres más jóvenes apoyaron a las mujeres, pero muchos otros se enfadaron y llegaron a amenazar con dejar de participar en la peregrinación.
Para resolver la situación, en 1966 el Ayuntamiento de Idiazabal publicó un bando dejando claro que las mujeres también tenían derecho a acudir a la peregrinación.
Seis décadas después, el Ayuntamiento ha querido rendir homenaje a aquellas mujeres que desafiaron la tradición y apostaron por la igualdad. De aquel primer grupo de 1965 viven hoy tres: Julita Imaz, Pepita Urteaga e Izaskun Zabala. Por motivos de salud, Zabala no pudo asistir al acto.
Durante la celebración, las dos homenajeadas recibieron un ramo de flores y una copia del bando de 1966. El acto finalizó con un aurresku de honor interpretado por los dantzaris del pueblo.