La escultura de Ícaro que durante 27 años fue testigo del paso de los vecinos por el puente de Urazandi de Elgoibar ha sido objeto de un proceso de renovación que le ha hecho recuperar su pasado esplendor.

Tres décadas

Las inclemencias climatológicas que la figura ha sufrido durante casi tres décadas dejaron su huella en la obra de la escultora Esperanza D’Ors.

Ahora, todos esos daños son historia, tras el proceso de restauración que ha llevado a cabo en ella Ismael García, un creador que acompaña sus dotes de artista con un innegable dominio de todo lo relacionado con el bronce y su tratamiento.

Retirada de la figura de Ícaro en el inicio de las obras de sustitución del puente de Urazandi Aitor Zabala

Reencuentro

Las labores de restauración promovidas por el Ayuntamiento de Elgoibar han supuesto del reencuentro de dos viejos conocidos.

García fue parte activa de proceso que llevó a Esperanza D’Ors a crear esta obra, participando en las labores de modelado y fusión del cuerpo de bronce y en el de la creación de las alas de aluminio.

Proceso de restauración

Ahora, le he tocado eliminar las huellas del paso del tiempo con un proceso de restauración que ha tenido como objeto la limpieza de los daños superficiales y el aclaramiento del color con la generación de una pátina renovada por medio del uso de sulfuro potásico y nitrato férrico.

A esta actuación se ha sumado la protección de la pieza con una cera aplicada por medio de un paño caliente y el abrillantamiento las alas, que también ha recubierto con la cera.

Vuelta a su lugar de origen

Ahora, solo queda esperar a que las obras del colocación del nuevo puente de Urazandi estén finalizadas para que la figura de Ícaro vuelva a él, aunque aún no se sabe si se situará en el mismo punto en el que estaba antes de ser retirada o se elegirá otro emplazamiento en las proximidades.