El pasado sábado, 10 de mayo, Orio fue escenario de dos celebraciones que, aunque muy distintas, coincidieron en tiempo y en lugar. Lo que comenzó como un día festivo terminó con momentos tensos: pancartas arrancadas, gritos contra el colectivo LGTBIQ+, insultos en plena calle y la fachada de la casa de mujeres Saregile fue manchada con escupitajos.
Por un lado, el colectivo transmaribibollo Orioko Pakak organizó el PakaFest, una jornada pensada para celebrar con orgullo la diversidad y visibilizar las luchas del colectivo LGTBIQ+. Música, color reivindicación... un ambiente festivo pero con mensaje. Una fiesta para mostrarse sin miedo y compartir con el pueblo una forma diferente de vivir, sentir y estar con orgullo.
Al mismo tiempo, el equipo masculino senior de Orioko Futbol Taldea lograba otro hito importante. Y es que, ascendieron a la División de Honor. Esta gesta deportiva encendió la euforia en el campo y rápidamente se trasladó a las calles.
No acabó bien
Ya entrada la noche, mientras algunos seguían de fiesta, se vivieron momentos tensos que dejaron un sabor amargo. Un grupo de personas, algunas con bufandas del equipo, y entre ellas un jugador, arrancó pancartas colocadas por el PakaFest y otras en apoyo al colectivo LGTBIQ+. Lo hicieron en uno de los accesos al pueblo, gritando "PakaFest ez".
Unas vecinas del movimiento feminista que regresaban del festival presenciaron lo ocurrido y se enfrentaron verbalmente al grupo. Poco después, tres de ellas intentaban recolocar una de las pancartas cuando fueron recibidas con silbidos e insultos desde una zona de bares cercana. Eran señales claras de rechazo. Según confirma el Ayuntamiento oriotarra, "todo quedó grabado en un vídeo".
Aún hubo más
Esa misma noche, la puerta de la casa de Saregile, Emakumeen Etxea, apareció manchada con escupitajos. Un acto que, más allá del daño físico, tuvo una fuerte carga simbólica.
Dos días después, Orioko Pakak difundió un comunicado en redes sociales denunciando lo sucedido. Aunque no mencionaban al club de fútbol de forma explícita, la tensión estaba servida. El equipo recibió mensajes privados, uno desde la cuenta oficial de Saregile y otro, escrito por una integrante de Pakak, en los que se les señalaba como responsables directos de lo ocurrido.
Esa situación encendió los ánimos dentro del club de fútbol, ya que sentían que se les estaba acusando sin pruebas. Por eso, horas más tarde, decidieron hacer pública su versión mediante otro comunicado.
Actuación del Ayuntamiento
Viendo que la cosa no terminaba e incluso iba a más, el Ayuntamiento de Orio actuó con rapidez y convocó reuniones con ambas partes. La idea era calmar los ánimos, aclarar lo sucedido y tratar de reconducir el clima hacia uno "más sano y respetuoso".
Este viernes, el Ayuntamiento de Orio, el colectivo Pakak y el Orioko Futbol Taldea lanzaron un comunicado conjunto en el que no dejan lugar a dudas: condenan de forma rotunda la retirada de pancartas, los insultos y el ataque a la Emakumeen Etxea. Lo califican como un "ataque grave contra la libertad de expresión y una muestra evidente de LGTBIfobia. Una posición compartida que, más allá de las diferencias o tensiones previas, busca mandar un mensaje claro y contundente: "en Orio, este tipo de comportamientos no tienen cabida".
Así las cosas, se comprometen a mantener una comunicación responsable, más humana y más cuidadosa. Por eso, "seguirán trabajando por un Orio más justo, más libre y más igualitario". Se puede obtener más información acerca del suceso en la página web del Ayuntamiento de Orio.