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“Hoy en día es imposible vivir de la angula, las trabas son enormes”

Unai Eizagirre, presidente de Euskadiko Anguleru Elkartea, lamenta la falta de relevo generacional entre los anguleros, sometidos a estrictas normativas

“Hoy en día es imposible vivir de la angula, las trabas son enormes”N.G.

En la actualidad vivir de la pesca de angulas en Euskadi se antoja prácticamente imposible. Los anguleros han visto cómo con el paso de las décadas se han puesto trabas a un oficio que antaño contaba con muchas más facilidades para prosperar y afianzarse.

Según Unai Eizagirre, presidente de Euskadiko Anguleru Elkartea, “las bases del oficio no han cambiado, ya que la forma en la que se pesca se ha mantenido prácticamente intacta a lo largo de los años”. Lo que se ha modificado es la gestión y las normativas, en su mayoría altamente restrictivas, a las que tienen que hacer frente los anguleros, quienes tienen muy restringida la captura de una especie que, en países como Francia, se recolecta en cantidades infinitamente mayores.

Pocos días de pesca disponibles

“Es una especie que no se nos permite explotar. En Euskadi cada temporada solo tenemos disponibles 30 días de captura”, cuenta Eizagirre, resignado. En marzo terminará la última campaña, que dio comienzo el pasado mes de noviembre. Los resultados, como apunta Eizagirre, no han sido excesivamente alentadores: “Todavía no tengo los datos exactos, pero la cantidad recolectada ha sido menor que en años anteriores”.

La causa de esta reducción de la cosecha reside en que las condiciones climatológicas no han sido favorables: “Muchos de los días que teníamos disponibles para pescar no hemos podido hacerlo. La angula es una especie muy caprichosa y su recolección requiere de un clima muy determinado. Necesitamos oscuridad, mareas vivas y que el agua esté turbia. Para reunir estas condiciones, salimos a pescar de noche y, a poder ser, cuando llueve. Al tener muchos depredadores, es muy huidiza y tiende a esconderse debajo de la tierra”, explica.

En vista de la situación actual, Eizagirre no es optimista en lo que al futuro del oficio se refiere: “Antes era mucho más fácil. Las normativas no nos asfixiaban como ahora, y el estado de los ríos era mucho más propicio para la pesca. Hoy en día, veo muchas cosas que no entiendo. Tenemos el ejemplo de Francia, cuya recolección de angulas es enorme y llevan tiempo repoblando los ríos. En Euskadi no seguimos esos pasos, quién sabe por qué”.

Falta de relevo generacional

El presidente de Euskadiko Anguleru Elkartea opina que uno de los principales problemas a los que se enfrenta el oficio es la falta de relevo generacional. “La cantidad de anguleros es claramente menor que en décadas anteriores, cuando el oficio se transmitía de padres a hijos y la pesca era una actividad habitual. Ahora no hay gente joven que coja el testigo, probablemente debido a que se reparten muy pocas licencias, cada vez menos. Es difícil que un chaval que no provenga de una familia de anguleros se interese por la pesca y sepa cómo ejercerla”, se lamenta Eizagirre.

Desde su punto de vista, la profesionalización del oficio es, por el momento, una utopía: “Si lo único que nos encontramos son piedras en el camino, es imposible avanzar. Tenemos a nuestro alcance un cupo muy limitado, y estamos obligados a pasar por lonjas para la venta y a hacernos autónomos. En la pesca, no sobrevives un año entero capturando una única especie, y menos si se trata de la angula”, concluye.