Desde niña, Ziortza González Ibarzabal (Eibar, 1984) lo tuvo claro: quería ser peluquera. “Quería vivir entre pelos”, confiesa. Su pasión nació en casa, inspirada por el trabajo y dedicación de su ama y su tía. A los 16 años comenzó a dar sus primeros pasos en el oficio, ayudándolas en su salón de Ermua, donde empezó a forjar su vocación. Además, se formó académicamente para convertir su vocación en profesión.
Hace veinte años, Ziortza se trasladó a Zegama por amor, iniciando una nueva etapa en su vida. Aunque al principio le costó encontrar trabajo en su sector, finalmente lo consiguió en una peluquería de Segura. Más tarde, dio el salto a Beasain, donde ha trabajado en una conocida peluquería durante 18 años; hasta hace poco. Allí no solo perfeccionó sus habilidades, sino que también adquirió una valiosa experiencia. “Estoy muy agradecida”, asegura.
"El nombre 'Enia' proviene de la combinación de los de mis dos hijas, Enare e Iara"
Pero siempre tuvo en mente abrir su propio salón, un espacio donde pudiera dar rienda suelta a su creatividad, sin limitaciones. Y es que además de formarse en peluquería, también se especializó en maquillaje, soñando crear un lugar que combinara ambas disciplinas. Sin embargo, nunca encontraba el momento ideal para dar el salto y convertirse en su propia jefa. “El momento perfecto no existe”, admite. Pero hace unos meses, sintió una necesidad imparable de dar ese paso. Con el apoyo incondicional de sus seres queridos, tomó la decisión de lanzarse a su propio proyecto profesional: Enia.
Enia abrió sus puertas el pasado 4 de noviembre, hace apenas dos semanas. González destaca que la respuesta de la gente ha sido muy positiva en estos primeros días: “Trabajo con cita previa, y ya estoy agendando horas para el próximo mes”. Su felicidad es evidente; su sonrisa permanente lo dice todo: “Es un sueño hecho realidad”. Además, Enia representa lo que más ama: “El nombre proviene de la combinación de los de mis dos hijas, Enare e Iara”.
Más que una peluquería
Ziortza González busca aportar algo novedoso a la localidad y añadir un valor extra a su salón, por eso colabora con otros profesionales. En su salón de belleza, además de los servicios de peluquería y maquillaje, se ofrecen tratamientos como micropigmentación y micropigmentación capilar. Además, en breve se podrá disfrutar de masajes egipcios.
Asimismo, Ziortza colabora en sesiones fotográficas con su amiga y fotógrafa Mirentxu Goikoetxea, quien también la ayuda a mostrar su trabajo en su cuenta de Instagram, enia_salon.
Pasión por las novias
Esta eibarresa, aunque goierritarra desde hace años, destaca su especialización en técnicas de coloración y recogidos. De hecho, explota su don para los recogidos con las novias, ya que lo que más le apasiona es poder peinarlas en uno de los días más especiales de sus vidas.
Priorizando la accesibilidad
Desde que lo vio, tuvo claro que este sería el lugar donde Enia cobraría vida. El local reunía todo lo que le atraía y buscaba: la pared de piedra, que le evoca la naturaleza que tanto adora; una ubicación céntrica, en la calle Mayor de Beasain; y un acceso cómodo para todos.
Para Ziortza, que Enia tenga un buen acceso es fundamental, ya que no quiere que nadie encuentre dificultades para llegar a su salón, especialmente las personas mayores o con movilidad reducida.
Además, González desea revitalizar esta calle principal de Beasain, donde, desde la plaza hacia arriba, nunca había existido una peluquería.
¿Tercera generación?
Al preguntarle si ve una posible tercera generación de peluqueras en su familia, Ziortza no duda en responder: “Me encantaría”. Aunque reconoce que es temprano para saberlo, no esconde su ilusión por la posibilidad. “Por ahora, ninguna de mis dos hijas ha mostrado interés en seguir mis pasos, pero una de ellas dice que quiere ser tatuadora. Quién sabe, quizás en el futuro también ofrezcamos tatuajes”, explica con una sonrisa.
