La exposición Zarauzko Txokoak refleja la riqueza visual y emocional que tiene la pintoresca villa costera. En Torre Luzea se puede encontrar la muestra de la visión de dos grupos de alumnos de Artezaleak, asociación cultural de Zarautz. Cada alumno ha plasmado su visión única de su lugar favorito de la villa con pinceles y colores propios.

Cuadros que se pueden ver en la exposición. Foto: Artezaleak

En la exposición se pueden encontrar unos 49 cuadros, pintados por 24 alumnos de distintas edades. La diversidad de estilos y perspectivas revela la riqueza artística que florece en esta asociación cultural. Desde su playa, hasta los rincones más íntimos y pintorescos, cada trabajo captura la esencia de Zarautz.

La colección de cuadros de Torre Luzea se inauguró el 15 de febrero. Invitan a los espectadores a sumergirse en un viaje visual que celebra la conexión íntima entre el artista y su entorno. Concluye el 17 de marzo y se puede visitar todos los días desde las 18.00 hasta las 20.00 horas.

“Llevábamos tiempo pensando en hacer una exposición, pero vino la pandemia y lo atrasó todo. Ya hemos hecho alguna exposición más, pero en sitios más pequeños. El año pasado pusimos el tema de los rincones de Zarautz, así cada alumno podía pintar su lugar o rincón preferido de la villa. Planteamos este tema porque todos los lugares más visitados y conocidos de Zarautz ya están muy vistos. Al principio cada alumno decidió qué rincón iba a pintar y después estuvieron reflexionando sobre cómo pintarlo, con qué técnica; acuarela, lápiz, acrílico, óleo, técnica mixta...”, comenta Jasone Irigoien, la profesora de los alumnos que han pintado los cuadros de la exposición.

Irigoien destaca la libertad en “que cada artista encuentre su propio estilo. No es sólo la técnica al pintar el cuadro, sino que cada autor tenga su propia mirada y pueda crear su propio estilo”.

Exposición de pintura

Una de las alumnas es Virginia Esteban. “Yo creo que soy la última en entrar al grupo. Me ha gustado pintar desde siempre, cuando era niña y cuando era adolescente lo practicaba mucho, pero luego la vida te lleva por otros derroteros, ya sea por la familia o el trabajo, u otros menesteres que van surgiendo a lo largo de ella. Ahora, en cambio, me acabo de jubilar y lo primero que pensé fue retomar mi hobby: la pintura”.

Rincón favorito

Esteban va a las clases para “aprender, ya que hay muchas personas con las que hacerlo, tanto profesores como alumnos”. Para esta exposición el rincón favorito de Zarautz es la residencia Santa Ana, antes el Centro Médico. “Cuando era pequeña, con un año, estuve ingresada en ese lugar porque tuve Poliomielitis. Tengo muchos recuerdos de aquella época y en julio del año pasado vi un cuadro de Imanol Urdampilleta en el que reflejaba toda esa época. En el momento que lo vi, le hice una foto y pensé que ése era el lugar donde comenzó todo. De esa manera, mi cuadro es la residencia de Santa Ana como está hoy en día. Llevé la foto a clase para enseñarle a Jasone la idea que había tenido y da la casualidad que me dijo que era alumno del mismo curso. Fue muy emocionante la historia, además la pintura sirve para eso, para transmitir emociones. Apuntarme a estas clases ha sido una de las mejores decisiones que he tomado a lo largo de mi vida. Allí he encontrado un grupo muy majo, desde el primer momento me encontré muy cómoda y lo de Jasone, ya, es para quitarse el sombrero, siempre saca lo mejor de nosotros y te deja fluir a tu ritmo y a tu gusto. Además en mis peores momentos con la acuarela siempre me ha animado a seguir y no rendirme”.

Zarautz

Como ha comentado Esteban, Urdampilleta es alumno del mismo curso, aunque está en otro turno. “Yo llevo toda la vida pintando y además he sido diseñador industrial. Tengo 77 años y aún sigo teniendo ganas de pintar. A la mayoría de chicos de mi edad cuando eran jóvenes les gustaba mucho jugar al fútbol, pero yo prefería dibujar desde esa época. Aunque lleve toda la vida dedicándole tiempo y amor a este arte, aún sigo aprendiendo mucho. Cuando observamos trabajos, los que me conocen, enseguida saben que es mi obra. Creo que es muy difícil plasmar tu identidad en el cuadro, pero poco a poco lo voy consiguiendo. Creo que sale sin querer, pero es un proceso muy largo. Me fascina mucho pensar y encontrar el tema y pensar en la composición del trabajo, para esta exposición he pintado el callejón de Marina Txiki. Últimamente dedico mucho tiempo para encontrar los colores perfectos”.