Unos focos apuntan a un cuadrilátero, mientras del graderío irradia un ruido ensordecedor. Sobre la zona iluminada, dos bancos en sendas esquinas esperan a dos rivales dispuestos a golpear al adversario hasta la victoria tras el toque de la campana. Tal vez esta es la escena que se reproduce en la mente de muchas personas cuando se pronuncia la palabra boxeo; un deporte lleno de clichés y tópicos. Pero nada más lejos de la realidad, la práctica pugilística está en auge como entrenamiento personal, actividad física, saludable... Y, de paso, para liberar tensiones y estrés.

Un ejemplo lo tenemos los lunes y miércoles en Arrasate. De 18.30 a 20.00 horas la soraluzetarra Ixa Rodríguez dirige a sus pupilos y pupilas en el gimnasio de Erguin Herri Eskola. Uno de ellos es Ander Urrutia. Se inició en esta disciplina deportiva hace “dos años y medio” y el 27 de este mes subirá por primera vez al ring. Lo hará junto a otros 21 boxeadores y boxeadoras amateur en la velada que acogerá el frontón Uarkape. Una cita, a base de deporte y espectáculo, que homenajeará al que fuera púgil olímpico, el arrasatearra Antonio Caballero.

Unas de las clases que semanalmente se imparten en Arrasate.

Arrasate Boxeo (Box) Eskola comenzó su andadura hace tres años bajo la batuta de Rodríguez, la primera boxeadora profesional de Euskadi. En estos momentos, una treintena de personas de la localidad cerrajera y la cercana Aretxabaleta participan en las sesiones de una hora y media de duración por jornada. Se calzan los guantes para jugar a pelear en pareja o sacudir golpes a un saco. “Lo más importante es la pertenencia a un grupo. Es un equipo; un entrenamiento en el que se trabajan diferentes valores como el de ayudar al más débil”, cuenta la entrenadora de Soraluze. Y más allá de competir, el boxeo es un deporte muy completo a nivel físico, por la cantidad de calorías que se eliminan en una clase, y mental. La disciplina quemagrasa por excelencia también es muy terapéutica y “viene bien para evadirse de la rutina diaria”, añade Rodríguez, que fundó el club Sorabox al que pertenece Ander Urrutia.

Corredor de montaña, este arrasatearra de 29 años veía boxeo por la tele hasta que un día se animó a practicarlo y “me enganché”, asegura. El grupo que han formado “está guay” señala para, a continuación, detenerse en su estreno sobre el cuadrilátero el próximo sábado. “Hasta ahora no había competido, pero quería vivir la experiencia y ver cómo me defiendo en un combate”, expone con la ilusión propia de hacerlo en casa “ante amigos y conocidos”.

Representación arrasatearra

“Es muy constante”, destaca Rodríguez sobre su alumno. Ander se enfrentará a Ixai Arruiz del equipo Nafar Sustraiak. Sus compañeros del Sorabox, Sekou San, Marko Sortino y Anaitz Olaeta también se medirán en este duelo que congregará a un plantel de 22 púgiles amateur, entre los que se encuentran los arrasatearras Yaman Mjahed e Iker Dávila, y la donostiarra Oihane Grávalos, que recientemente se ha colgado la medalla de plata en la categoría sub18 del Campeonato de España disputado en Cantabria. Once parejas saltarán a la lona de la cancha de Uarkape en combates a tres asaltos de tres minutos cada uno.

El encuentro tendrá lugar a partir de las 18.00, y dos horas antes se realizará el pesaje en el Iluntz. Clubes guipuzcoanos, vizcaínos, navarros y riojanos se verán las caras en la velada impulsada por Rodríguez, deportista nata y defensora de la disciplina, que en 2023 organizó la primera edición de este evento –después de 27 años del último celebrado en Arrasate–, que tuvo una gran acogida. Este año va por el mismo camino, teniendo en cuenta el ritmo que lleva la venta de entradas. Pueden adquirirse en los bares Taupa, Iluntz y Dublin al precio de 15 euros (20 en taquilla). “Queremos brindar a estas y estos jóvenes la oportunidad de pelear, y a Arrasate que disfrute de este deporte; el ambiente que se crea es brutal”, apunta Ixa.

Un nutrido palmarés

Corrían los años 70 (finales) y principios de los 90 del siglo pasado y la práctica pugilística tenía su espacio en la villa cerrajera. A las órdenes de José Grille se formó una hornada de boxeadores que en aquellos tiempos cruzaron guantes en numerosos combates. Antonio Caballero fue uno de sus pupilos. “Empecé con 13 años; probé y cada vez me fue gustando más”, relata este arrasatearra, oriundo del barrio de San Andrés, que desde hace casi tres décadas reside en Sevilla. Estos días se encuentra en Arrasate, en la larga visita “de un mes o mes y medio” que todos los años hace a su familia, y en la que aprovecha para reunirse con el que “ha sido como un padre para mí en el boxeo”, su entrenador y gran amigo Grille.

Cuatro años consecutivos campeón de Gipuzkoa, otros tantos de Euskadi, medalla de plata en el Campeonato de España de 1987… 57 combates oficiales con 39 victorias figuran en el palmarés de este entusiasta deportista que firmó con garra de amateur, y que representó a la selección española de boxeo en los Juegos Olímpicos de Seúl 88. Una carrera meteórica en el campo aficionado de la que guarda “muy buenos recuerdos”, que afloran durante una de las clases de boxeo que semanalmente se desarrollan en el centro escolar de Erguin, del que Caballero fue alumno. Y de pisar el ring a preparador de su deporte favorito en un gimnasio sevillano, en el que dice inculcar “disciplina” sobre todo a los más jóvenes.

El día 27 va a ser homenajeado en Uarkape. Un gesto que “agradece enormemente”. Será, a su vez, una ocasión para que le conozcan entre las nuevas generaciones de boxeadores. “El competidor tiene que hacerse peleando”, afirma.

Ander experimentará en sus propias carnes su primer combate dentro de seis días. “Tengo muchas ganas y curiosidad”, indica, antes de animar a practicar un deporte en el que no es necesario el contacto físico o llegar a las manos. “Combina ejercicios aeróbicos con fuerza muscular y resistencia. Das golpes en el saco y te vas a casa como nuevo”, sentencian dos de sus practicantes.